En el lenguaje se conoce como lugar común a aquella expresión que se vuelve trivial por ser muy repetida. Muchos lugares comunes empezaron su historia como frases ingeniosas, pero al ser tan manoseadas fueron perdiendo su sentido original. El léxico periodístico, sobre todo, está plagado de lugares comunes, de palabras gastadas o frases hechas a las que se recurre por pereza o por llenar los vacíos que deja la falta de rigor.

Estamos acostumbrados a leer en los medios que la delincuencia ha recibido un duro golpe, que los seleccionados del país han cosechado medallas, que un concurso se encuentra en la recta final, que los políticos cumplen con una apretada agenda, que una obra avanza a pasos agigantados, que una participación se llevó a cabo sin pena ni gloria, que alguien sirvió como conejillo de Indias, etc., etc., etc. Podría utilizar columnas enteras para enumerar la cantidad de lugares comunes que encuentro diariamente en los contenidos periodísticos. Es verdad que muchas veces el vértigo de la edición de un periódico o de la producción de un noticiero no permiten la búsqueda de nuevas expresiones, porque todo tiene que hacerse sobre la marcha (otro lugar común), pero también es verdad que los lectores o los televidentes competentes están cansados de leer y escuchar siempre las mismas expresiones.

También existen palabras que se convierten en lugares comunes y sirven de comodines para casi todo. Evento es una de ellas. Si bien este vocablo se acepta como sinónimo de suceso o acontecimiento, ha perdido el sentido de tanto que se lo ha utilizado. Resulta que todo es un evento, cuando existen siempre palabras mucho más precisas que informan mejor al lector. Con evento podemos referirnos a una fiesta, a un partido, a una exposición, a una premiación, a un concierto o a cualquier otro acontecimiento. Si utilizáramos la palabra precisa, evento nunca estaría invitado.

Otra palabra es el verbo arrancar, como sinónimo de empezar o comenzar. Ahora sucede que las carreras, el año lectivo, los concursos y varios otros acontecimientos (que no eventos) arrancan en lugar de comenzar, empezar o iniciarse. Y sucede, además, que el verbo arrancar solo es sinónimo de empezar cuando algo comienza de una manera violenta e imprevista. Sin embargo, como alguien utilizó este verbo alguna vez para parecer original y al resto le pareció ‘bonito’ o ‘elegante’, se lo siguió utilizando sin pudor.

Para terminar, solo voy a copiar algunos lugares comunes que he encontrado en los medios últimamente: en la mira, al filo de, coronarse campeón, tomar medidas, dar rienda suelta, dar vuelta a la tortilla, llenar las expectativas, poner en aprietos, rendir frutos, emociones de principio a fin, hacer sombra, jugar una mala pasada, cumplir a cabalidad, dejar en alto, hacer gala, verse en apuros, jugar con fuego, la oveja negra, el patito feo, el gran ausente... Y son muchos más, pero el espacio es pequeño. De todas maneras, es importante que tratemos de evitar estos lugares comunes y busquemos palabras adecuadas y frases ingeniosas, pues el lenguaje es demasiado rico como para conformarnos con limosnas.

*Preguntas y sugerencias: pilicobo@gmail o a su cuenta de twitter @palabrasyhechos