En la escuela, en las primeras clases de lengua, luego de que hemos aprendido a leer, nos enseñan qué es la oración. Esta es una definición que difícilmente se nos borra de la memoria: “una palabra o un conjunto de palabras con sentido completo y autonomía sintáctica”. Aunque es muy básica y ha sido incluso discutida, esta definición me parece bastante acertada. La oración, una oración bien estructurada, es la base de todo escrito y el punto de partida para cualquier comunicación. Sin embargo, construir oraciones correctas es uno de los retos que más suele costar a quien escribe. A continuación, veremos algunas pautas para escribir oraciones sin que en ello se nos vaya la vida.

Para empezar, volvamos a la definición que nos enseñaron en la primaria. En primer lugar, ¿a qué se refiere eso del sentido completo y la autonomía sintáctica? Se refiere a que una oración debe expresar algo que pueda ser entendido sin necesidad de buscar explicaciones en el contexto. Por esto es muy necesario recordar que una oración está compuesta de sujeto, verbo y objeto (la fórmula SVO: alguien hace algo). Aunque memorizar una fórmula parezca un ejercicio demasiado mecánico y ajeno a la creatividad de la escritura, nos puede resultar muy útil en el momento de estructurar una oración. Al menos, le evitará al lector la engorrosa tarea de descifrar lo que queremos comunicarle.

Que una oración tenga sentido completo significa que no habrá cabos sueltos. Cuando escribimos es necesario dejar muy claro quién hace qué. Por otro lado, debemos ser muy cuidadosos y evitar el exceso de información dentro de un solo enunciado. Por eso, una pauta importante para adiestrarnos en este tema es escribir oraciones cortas. Obviamente, no vamos a caer en el extremo de escribir telegramas, pero debemos evitar llenar las oraciones de incisos explicativos que nos hagan perder el sentido original de lo que queremos decir. Es preferible que un párrafo tenga varias oraciones cortas y concisas, que una oración larga y compleja.

Para terminar, veamos aquello de “una palabra o conjunto de palabras”. Nuestro español es tan maravilloso que una sola palabra puede concentrar el sentido completo y la autonomía sintáctica. Por ejemplo, al escribir “Llueve” estamos escribiendo una oración, no nos hacen falta más palabras porque este verbo conjugado ya nos transmite un concepto completo. Y cuando la oración es un conjunto de palabras, debemos tomar en cuenta que estas deben estar organizadas coherentemente. De nada nos sirve un conjunto con elementos iguales o elementos dispersos, sin cohesión. Escribir oraciones no es complicado, solo es cuestión de lógica y de organización. Solo es cuestión de concentrarnos más seguido en el ejercicio que constituye la escritura.