Ecuador, 17 de Mayo de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

De las palabras a los hechos

El discurso maniqueo de víctimas y victimarios

El discurso maniqueo de víctimas y victimarios
28 de marzo de 2016 - 00:00 - María del Pilar Cobo, Correctora de textos y lexicógrafa

Después del ataque de París, hablé en esta columna sobre cómo las palabras construyen bandos y califican al otro de ‘asesino’, ‘enemigo’, ‘mal’, etc., y a lo propio como ‘lo bueno’, ‘lo pacífico’, ‘la paz’. Ahora, con los ataques de Bruselas, el discurso se reproduce: escuchamos de parte de la Unión Europea y del autodenominado Estado Islámico las mismas palabras, ambos se adjudican la verdad, ambos acusan a los otros de asesinos, de enemigos. No se justifican de ninguna manera los ataques, un acto repudiable e inhumano desde donde se mire. Pero estos acontecimientos siempre acarrean un discurso maniqueo que da vueltas sobre sí mismo, carente de significado y de propuestas.

Siempre se enfrentan el bien y el mal, la democracia y el terrorismo, la guerra y la paz, los valores y los antivalores. Las palabras, más que plantear soluciones y acuerdos, parecen enmascarar un statu quo del que no se puede (o no se quiere) salir. Tanto de un bando como del otro surgen los héroes: para el Estado Islámico, los kamikazes o sus propios líderes; para los países que han sufrido los ataques, los líderes que derrotarán, como sea, a los asesinos. Y estos líderes son los que representan a los países ‘del primer mundo’, a los que parecen tener la palabra sobre lo que se hace y se deshace en la Tierra.

Dentro de las palabras maniqueas, existen dos que se suelen usar como contrarias: Oriente y Occidente. Oriente se ha vuelto un sinónimo de terrorismo, el enemigo que se debe derrotar; mientras en Occidente están los buenos, los héroes, las personas libres. Y tanto Oriente como Occidente se usan para referirse a un conjunto, cuando no es así. No todo lo que sucede en Oriente es malo ni todos sus habitantes son terroristas, pero los medios y los discursos políticos nos lo hacen ver así. De la misma manera, Occidente siempre será la víctima que sufre los ataques, y, la mayoría de veces, ese Occidente se limita a los países del hemisferio norte, a Europa y a Norteamérica (que en este discurso, generalmente se refiere solo a Estados Unidos).

Por ejemplo, lo que sucede en Siria es un caso terrible en el que puede verse que no solo Oriente es el victimario, sino también Occidente, al dar la espalda a una cantidad inmensa de refugiados y al abanderar un discurso xenofóbico y racista. La cuestión aquí es que se debe cambiar el discurso para cambiar los hechos. Solo cuando empecemos a ser conscientes de que no todo es blanco o negro seremos capaces de construir una sociedad justa, pacífica, tolerante, democrática en su esencia y libre. De lo contrario, la libertad, la paz y la democracia solo serán palabras vacías de significado, a las que cada uno definirá a su conveniencia. Y esa conveniencia en las definiciones es verdaderamente peligrosa.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media