La semana pasada revisamos algunos casos de ambigüedad que cometemos frecuentemente. Entre estos casos encontramos el de la ambigüedad que se genera con los posesivos ‘su’ y ‘sus’, pues estos, al contrario del resto, pueden referirse a varios poseedores (él, ella, ellos, ellas, usted o ustedes). Así, si digo ‘Fernando habló con su padre’, el posesivo puede referirse al padre de Fernando, al padre del interlocutor al que me estoy dirigiendo o al padre de otra persona. En estos casos, para evitar la ambigüedad es necesario fijarse en el contexto, pues este nunca nos engañará.

Otro error frecuente que se comete en el uso de los posesivos ocurre cuando los usamos junto a partes del cuerpo o posesiones inalienables. La Gramática de la RAE/Asale nos indica que son consideradas de posesión inalienable aquellas cosas que no se pueden enajenar, es decir, que son nuestras y de nadie más; por lo tanto, no es conveniente usar el posesivo. Por ejemplo, es correcto decir ‘abro los ojos’ y no ‘abro mis ojos’, pues los ojos no son de otra persona que no sea yo. Este error es muy frecuente en las noticias deportivas, en las que solemos escuchar frases como ‘se rompió su pierna’ o ‘levantó su brazo’.

En relación con los posesivos también suele presentarse la duda de cómo usarlos cuando están combinados con un adverbio de lugar. ¿Debemos decir ‘detrás mío’ o ‘detrás de mí’? En el lenguaje coloquial es bastante extendido el uso del adverbio seguido del posesivo (‘Colócate detrás mío’, ‘Estaba delante suyo’, ‘Permaneció enfrente tuyo’), que no constituye exactamente un error, siempre y cuando el contexto sea coloquial. No obstante, si la comunicación se da en un contexto formal, la RAE indica que lo correcto es usar la preposición ‘de’ seguida del pronombre personal (‘detrás de mí’, ‘delante de ella’, ‘en frente de ti’).

Otro caso de duda se da cuando dos posesivos van juntos. Aquí debe preferirse el uso de las formas posnominales (es decir, aquellas que van detrás del nombre). Por ejemplo, es incorrecto decir ‘mi y tu casa’, lo correcto es ‘la casa tuya y mía’ (si la casa es de ambos). En el caso de que dos personas tengan una posesión igual, pero no la misma, se debe usar la forma prenominal en el primer caso y la forma posnominal en el segundo, y obviar el sustantivo, así: ‘Mi casa y la tuya tienen ventanas enormes’. Cuando nos referimos a un mismo sujeto con varios atributos que necesitan de un posesivo, es necesario usar primero la forma prenominal y luego la posnominal: ‘El libro fue escrito por su madre y tía mía’. Aquí vemos que se trata de la misma persona y evitamos la ambigüedad que se generaría si decimos ‘El libro fue escrito por su madre y mi tía’, pues aquí parece que se tratara de dos personas.

El uso de los posesivos no presenta en realidad muchas complicaciones ni dudas, pero es necesario tomar en cuenta las que se generan para no equivocarnos. (F)