No me agradó para nada la final de “Ecuador Tiene Talento“, en lo absoluto, sentí que me quedaron debiendo algo, como cuando vas a almorzar y te prometen un asado y luego te dicen que solo hay ensalada. Pero mi desazón no es de gratis, de antojado o sufridor, tiene sus bases, y muy sólidas. El reality en su contexto final no estuvo para nada mal.

Paco Cuesta es un ducho en esta materia. Su compose es de gran lujo, incluye la producción de un Gran Hermano y varias telenovelas criollas de éxito, excepto la bizarra “escuela de famosos“ de ingrata recordación, pero el 90% de lo que él ha dirigido ha dado en el clavo, en el gusto de la gente.

Uno de los grandes méritos del fenecido ETT2: Los jueces (aquí de manera errada decimos “los jurados“), 4 personajes diferentes y coloridos, unos más, otros menos, destacando María Fernanda Ríos que se ha convertido en la imagen femenina del Canal del Cerro, nos sorprendía con sus cambios de vestuarios alocados pero acertados; el amor le ha hecho bien a la estupenda Mafer. ¡Bien hecho! Otro punto a favor, la escenografía y puesta en escena. Seguimos con puntos buenos porque soy objetivo y me cuesta ser imparcial, pero juro que trato de practicarlo: El teatro, como se ve que ahora les (nos) sirve el ex abandonado teatro del Centro Cívico, y la iluminación, el maquillaje, vestuario, etc.

¿Puntos flacos? Los conductores, Dios ¡es que insistir en eso da hasta flojera, pregunto, para este tipo de eventos macros, ¿no sería mejor una mujer de arrastre como la Flaca Guerrero? O quizás alguien que mezcle ternura con información, alguien tipo mamá joven, se me ocurre María Mercedes Cuesta (ella condujo de manera inolvidable Pop Star), el mismo Andrés Jungbluth que es natural, tiene léxico, LÉXICO el talón de Aquiles de los conductores de ese reality, aunque no todo es tan malo. Jonathan Estrada, el actor quiteño, tiene una gran fanaticada femenina, ojo, a él hay que cuidarlo, colocarlo en los programas que estén a su medida, que muestran su fuerte que es la parte actoral o a futuro darle un programa para público femenino. Tiene carisma el tipo, no es sangre de chinche. Pero hay que pulirlo en animación si queremos convertirlo en algo más que actor. A veces por favorecer a alguien en realidad le hacemos daño.

Y decía que no me gustó el ganador, lo cual por cierto antes de que aparezcan esos 2 sufridores que en redes sociales me hacen la guerra, aclaro que eso no le resta sus valores como artista a Fernando Lara, porque él es eso, un artista con cierta trayectoria, un tipo con buena voz que ya ha tenido amplia experiencia en escena. Que ya ha tenido sus oportunidades. Ponerlo a él a competir con el niño Óscar Junco (para mí el real ganador de esa contienda), o con la plena de fanáticos Rosita Chiles fue, por lo menos….poco acertado, usando los términos más elegantosos para que luego no peguen el grito al cielo y clamen venganza en espacios de faranduleta. Anhelamos que el propósito por el cual él participó se dé. De hecho estamos seguros así será.

Otra de las participantes que se ganó el gusto popular fue la Sra. Rosita Chiles, una mujer del pueblo con una buena dosis de talento y desenfado. Y en realidad muchos participantes que demuestran que el talento escondido, sin marketing merecen ser apoyados y promovidos. Es el futuro.

Y a los directores de ETT que en la próxima temporada, por favor, hagan varias categorías: novatos y con experiencia. No mezclen, los televidentes lo advierten, lo notan.