En el mundo, la tendencia de los concursos de belleza va en franco declive. De plano, el más importante (Miss Universo) no se realizará este año. Y no creo que sea por asunto económico, pues es propiedad del acaudalado magnate Donald Trump. No hay Miss Universo y me pregunto qué pasará con la actual Miss Ecuador, la manabita Alejandra Argudo. No solo se ha visto opacada por la popular Constanza Báez sino que ahora mismo seguramente se pregunta: “¿En dónde concursaré?”, considerando que en marzo se escogerá a la nueva reina. Confuso el tema, tendrán que variar las fechas.

Ecuador es uno de los países con mayor producción de concursos de belleza. Solo la semana pasada tuvimos el evento Miss Continentes Unidos. No se terminaban de ir las guapas muchachas y ya estaban arribando las candidatas de Reina Mundial del Banano. En el primer evento participaron más de 30 muchachas, en el segundo una veintena. En el ínterin, y con varios meses de preparación, las chicas de Reina de Guayaquil ya están dando entrevistas. Y si esto les parece poco, déjenme decirles que hay otro concurso en ciernes: Miss World Ecuador, que delega a la representante del país al Miss Mundo. ¿Les parece mucho? Miss Latina es un evento que se realizará pronto en Guayaquil, con varias chicas de Latinoamérica.

Yo soy optimista y pese a que en algún momento importantes voces se han alzado en contra de la organización de concursos de belleza, por aquello de que las mujeres no deben competir por un tema físico, sino más bien por intelecto y  destreza física, por ejemplo, hay que considerar que estos eventos gozan aún de cierta popularidad. Aunque eso también está en duda. Los ratings televisivos de los concursos (a diferencia de los realities) no son para nada buenos.

Pero también quiero hablar de lo que me consta: mientras en las grandes ciudades hay frialdad hacia estos certámenes, en las urbes del interior del país  y en determinadas provincias, la elección de la reina cantonal prácticamente paraliza las actividades ese día. Y en la noche de la gala de elección todo el conglomerado popular se reúne para aplaudir a la nueva soberana.

No se conciben fiestas patronales o cantonales sin la elección de su reina.

Debo sugerir algo a los organizadores de Miss Ecuador: una manera de hacer que el concurso cale en el gusto popular y se convierta en acontecimiento nacional podría ser que se abran las puertas a las reinas cantonales, provinciales, citadinas, que sea realmente un gran magno evento en el tema participativo. ¿Cuál es el impedimento? Nos dirán que los temas de la estatura o la edad. Entonces los municipios deben cambiar ese requisito y solo permitir que señoritas mayores de edad participen con un mínimo de 1,65 m. Y ya en el gran concurso Miss Ecuador (con más de 100 delegadas realmente nacionales) enfocarnos más en el tema social-cultural.

Quienes participen deben demostrar de manera contundente un trabajo arduo en beneficio de la colectividad a la que pertenecen. Entonces sí tendremos una verdadera Reina del Ecuador. No ganará el Miss Universo (por un tema ajeno a la belleza), pero dejará una huella indeleble con sus obras benéficas. Habremos creado una líder.