TV Ding Dong. Aguanto la respiración. Pongo la señal de Ecuavisa. Sí... estamos en diciembre, previa de la Nochebuena y Navidad. Uno de mis deseos mayores, paralelos a la paz mundial, es que el Canal del Cerro no transmita (24, 25 o 26 de este mes) otra vez ‘Mi pobre Angelito 2’.

TV Mutante. El 2013 marca el ‘inri’ de los programas de faranduleta del Ecuador. Un epílogo que se veía venir, pero que no pensé fuera tan cercano. Algunos mutaron y terminaron convirtiéndose en un híbrido entre Complicidades, Feria de la Alegría y Show de Bernard. Pero en su lugar, porque todo en la vida tiene reemplazo, vino, llegó, hizo su entrada, la TV Fitness, la crosffit, la bonita. Cuerpos esculturales y muchachos hercúleos son los protagonistas infinitos de estos realities de nueva facturación: Combate, que nos guste o no a los exigentes o sufridores, hay que decirlo, marcó una época. Y ‘Calle 7’, que pese a tener un inicio tímido termina convirtiéndose en cita obligada de las tardes, como en los mejores tiempos de ‘A todo Dar‘ (q.e.p.d.). Así es la TV. Y así es la vida.

TV. Real. Nadie es bueno totalmente y nadie es malo por completo. Pero las telenovelas de los 80 y 90 crearon unas heroínas que morían de amor (y también de hambre a veces). Y preferían tragar saliva y lágrimas antes que decirle a su príncipe azul (generalmente era un tipo agraciado pero lento) que la suegra era la verdadera arpía. En 300 episodios la pobre María, Gaviota, Lucecita o Esmeralda, o como se llamara, jamás reía ni se burlaba de nadie. Todos de ella. Aún siendo la más bella y alta (y de raza blanca por cierto) de la historia televisada. Solo en el capítulo final la buena de la novela se juntaba a su amado y era feliz por los siglos de los siglos... Hoy los protagonistas de las nuevas telenovelas son tan humanas como la prima que nunca vemos, o la cuñada insoportable. O la vecina de “a la vuelta“. Odian, cometen errores, se fijan en el pana del príncipe azul, ríen a carcajadas, se vengan... Écheles un ojo a aquello de ‘Avenida Brasil’. Para empezar, todos los protagonistas viven en mansión full lujo, pero provienen del basurero de Río de Janeiro. La buena (Nina), no lo es tanto. Es una enferma de celos, medio psicópata. La mala. Guapa, pero mala con M mayúscula. Algo entrada en años ya... Hasta ahora nadie muere fulminado.

TV Cercana. Cuando Yuli creció. Y bastante. De hecho ya llegó a Ecuador “crecidita“ no le quedó de otra que hacer ‘Héroes Verdaderos’. Y la idea no es mala. Pero los niños del Ecuador se quedaron sin personajes infantiles. Por eso lo de Veo Veo a través de Ecuador TV es bueno, es loable. Grato. En tiempos y no del cólera, sino de la desfachatez de un Bart Simpson, de los híbridos personajes japoneses de caricaturas, es lindo ver que aún se pueden recomendar a los más pequeños de la casa series con contenido alegre, educativo... sano.

TV Apresurada. Que planifiquen bien o no, pues no debería ser el problema de nadie. A nuestra TV, como a toda la TV mundial, les interesa el resultado final. Es decir, altos números del rating que se traducen en verdes en la caja del dinero. Pero llama la atención el llamado a casting para participar en aquello de ‘Ecuador tiene talento’, cuando TC aún no inicia las promocionales de ‘Yo soy el mejor’. Claro, cuidado, el que pega primero pega 2 veces.

TV la reina. Constanza Báez, la Miss Ecuador -tercera más bella del planeta- está full de eventos. Todos quieren tener en sus galas a una de las mujeres más lindas del mundo. Con personalidad y soltura además. Pero ella, fina y educada tiene la asesoría profesional comunicacional de Jorge Gushmer. Enhorabuena. Missólogos criollos fuera del contexto y del entorno de la Reina del Ecuador.

TV ELECTORAL. En 2 semanas se inicia la campaña electoral, que cuenta una vez más con la presencia de algunos personajes de la pantalla chica. Ya quiero verlos en tarima, en sendos discursos al electorado. Hay que agarrar primera fila.