La televisión ecuatoriana no tiene figuras para el cambio. Dramático y contundente. Si alguien o algunos creen que no tengo la razón, ofrezco disculpas anticipadas.

Ahora que la TV de los países vecinos, solo por comparar a los de aquí cerca, nos llevan considerable ventaja. Pero esgrimo algunos nombres y programas de la  época pasada y verán que no estoy nada lejos de la realidad.

En el material humano hay que ver. Sí, hemos tenido esas figuras muy buenas. Contrariamente a lo que muchos puedan pensar, nunca me sentí fanático de Polo Baquerizo. No seguía su programa pero, sin embargo, siempre sentí que su voz comercial en las radios y su presencia en la televisión no han tenido reemplazo.

Y no hay que alejarse de la realidad, nos guste o no, el hombre tenía su pegue en la gente.  

De  plano, durante la década del 90, varios partidos políticos se lo disputaban para tenerlo en el listado de candidatos. Pero hablando del tema programas concursos, ¿hay alguien, en la actualidad,  que conservando esa línea, para algunos desenfadada y para otros agresiva, lo haya igualado?¿A quiénes tenemos ahora?

Observen esos realities de la noche. Les dejo a ustedes el comentario.

Retrocediendo un poco, a nuestra época de niños, a los que pasamos los 40 años de edad, pregunto: ¿Quiénes han olvidado a Yolanda Aroca y a María Rosa de Hemala?

Nadie de los que tenemos casi 4 décadas. Pero además nunca nadie las pudo reemplazar en la TV. No existieron figuras para el cambio. Yolanda y su Cocine con gusto, tan cercana a los televidentes, tan plena de carisma. Y María Rosa y su día a día, tierna y a la vez firme en sus convicciones. Y no es que el preparar recetas frente a cámaras haya pasado de moda, la TV argentina, española y mexicana está repleta de programas con esos contenidos, pero saben hacerlo bien, sus conductoras o animadores son chefs reconocidos, como acá lo fueron María Rosa y Yolanda, inyectan amor y simpatía a sus preparados.

Acá existe el facilismo. Parte de eso es que los pésimos programas matinales que tenemos invitan al dueño del restaurante que les da canje de comida a todos y ese es el chef que pretende enseñar a los televidentes a preparar platillos específicos. Es pobreza, y no financiera, sino de mente y de alma la que tiene a nuestra programación tan de capa caída.

Priscila Arosemena y Lourdes Díaz destacaban en los programas de concursos. La pregunta es: ¿tenemos sus versiones renovadas? Elegantes, cercanas y diáfanas, en especial cultas.

No existieron figuras para el cambio en la televisión. Y si no es así, entonces que alguien me diga qué presentador actual ha igualado a Bernard Fougeres, al menos en su papel de entrevistador de artistas de renombre.  

Lo que acá tuvimos años después es animadoras despeinadas sin criterio y básicas, que cruzaban las piernas y preguntaban zanganadas al personaje invitado de turno. Eso dizque era ser osado y buen entrevistador.

Por eso no trascendieron y nadie las recuerda, al menos no para bien. Pero incluso ellas no tienen reemplazo. ¿Tan de malas estamos? (O)