Ningún mañanero nos puede resultar malo o fastidioso, porque a esa hora todos estamos predispuestos a ver las cosas mejor de lo que  realmente son.  Me refiero a los programas matinales de la TV criolla.

Me despojo de varios prejuicios y este formato que puede resultar fácil y predecible. En Ecuador se inauguró con el recordado Complicidades (Ecuavisa, finales de los ‘80), que a su vez era un remember de Las Cómplices de Venevisión: La fórmula, varias ex Misses en pantalla, hacían manualidades unas, las otras entrevistaban a algún mascotero, las más brillantes eran pasadas luego a noticieros. Hasta aquel entonces el único referente de TV diurna era la inolvidable chef María Rosa, que aunque uruguaya era tan nuestra como el flan de coco o dulce de higos.

La TV ha cambiado y un cuarto de siglo después los protagonistas de la mañana se diversifican, no todo es negativo; en Ecuavisa, la dueña de casa se llama María Teresa Guerrero, su fuerte: ser ella misma, desenfadada, luce sin ataduras, no libreteada, de entrada aquel simposio en el que analizan los vericuetos de telenovelas exitosas tiene días fuertes, otros no tanto, pero hábilmente la productora crea varios frentes y desarrolla más el que en números le da resultado.

Plácidos: Efraín Ruales y Diego Spotorno no son cansinos, ni extranjeros. Ferreti ha sumado. Gente que luce buena, hace buena TV. Las alarmas se activan, creo yo, cuando pretenden usar el recurso de la faranduleta, que es el chisme mal intencionado, no necesitan hacerlo, la gente los tiene identificados como los buenos de la película.

De Casa en Casa (TC) tiene otra dura: Anita Buljubasich, mismo caso de Guerrero, lucen como dueñas de casa, protagonismo labrado en años de trabajo, Anita con más años en TV que la ‘flaca’’. En De casa...:  Obras sociales mezclados con realitys, dramatizados, cocina y baile, ambiente cómodo, no descuidan a la Capital, por eso el aporte de Santiago Naranjo e Ivis Vega. La presencia de Pierina Uribe es como un clásico, ¡no hay matinal sin Uribe! Tan sencilla, tan señora, tan de la casa.

Después de las 22:00, cuando Combate concluye

Me luce que algunos productores esperan que el espacio con rating y buena facturación Combate (RTS) concluya su emisión (22:00) para después de eso hacer sus planes y programas, hacerle la guerra no entra en la agenda en esta temporada al menos. El espacio de Baila la noche (Canal 1) ha permitido que surja una figura, tan graciosa como curiosa: Estrellita Solitaria, nombre televisivo rococó de una buena mujer que se espera tenga dotes artísticos, hasta entonces viene bien, o eso piensan, crearle varias historias rosas no muy creíbles de amor frustrado, vestirla de Lady Gaga o Madonna forma parte del argumento. Que ella tenga destreza en el baile o se sepa el nombre de la canción que va a brincotear no es lo que importa. De los mismos creadores de Vaquerito, Juancho y El Lobo llega esta Estrellita, que quizás sea más iluminada que otros; su marketing le está trayendo cierto resultado. Que a algunos les provoque risas muy poco parece importar. En el momento en que por no saber bailar y cuando las historias se hayan agotado sea eliminada de la competencia más de uno llorará. Más le vale al Canal Uno que la Estrellita gane, ...o se quede de jurado... o la manden a Divinas.

Lo muy destacado del programa: La excelente combinación de personalidades, entre un culto y experimentado Gustavo Navarro y la siempre mediática y muy noticiosa en rosa Carolina Jaume.

Y mientras Estrellita baila infructuosamente alguna juvenil canción ataviada con algún disfraz, de la misma tienda de disfraces está ataviado el argentino Granados en TC: peluca, ligueros, cartera; la locación: Las calles de Guayaquil, de lo que puede presumir el cómico y animador es de que sus ideas resultan. Sí, mucho extranjero maluco ha existido en la TV criolla, pero una de las pocas excepciones es Granados, que para que sus ideas den resultado ha sido un todólogo, que si es el que maneja y ordena el programa, los talentos son así. Desestresa y reanima Granados. Y para eso debe estar creada también la TV.