Redundante. Si escribo manabita, ya inmediatamente se lo asocia con belleza. Las mujeres de esa pródiga provincia, una de las más importantes de Ecuador, son famosas por sus características físicas, pero no es eso lo más importante.

Las manabitas son ejemplo de valores, de talento. La pasada noche del sábado una choneña fue coronada como Miss World 2015.

¿Qué es eso?, me preguntará más de uno. Existe cierta confusión. Y no es para menos. Ya sabemos que existe Miss Ecuador. La ganadora va al Miss Universo. Y ese es el concurso más importante.

El segundo en importancia es el Miss Mundo, concurso en el que además de la belleza física cuenta también el intelecto. La versión nacional de ese evento se realizó el pasado sábado. Y la ganadora resultó ser Camila Marañón.

Desde el inicio del concurso esta mujer de sonrisa permanente y léxico amplio, algo poco común en las reinas de belleza, captó el interés de los entendidos en la materia. Es la sucesora de otra manabita: Virginia Limongi. Cualquiera de las dos podría ser Miss Ecuador.

Super Víctor

Víctor Aráuz saltó a la fama en el filme criollo ‘Mejor no hablar de ciertas cosas’. Se robó la película por completo. Luego hizo múltiples papeles, medio malucos en Vivos by David Reinoso. Más que papeles y personajes, eran parodias.

Lo peor, aquello de hacer de personaje colorinche indefinido. Pero nadie puede negar su calidad actoral en teatro y TV.

Y esa velocidad mental propia de un actor innato se pone de manifiesto en la nueva serie de TC, que reemplaza a Estas Secretarias: Los hijos de Don Juan.

Víctor se bate con todos y por todos. Emerge entre una variedad de modelos, aficionados y actores. Elena Gui es actriz. El Chino Moreira no es actor. Sofía Caiche en un personaje indescifrable pero caricaturesco. Isam Skandar tiene personaje reprisse.

La trama podría ser rescatable, pero volvemos a lo de siempre. El híbrido de no saber si vemos una comedia, una miniserie o una minitelenovela.

Marcia Casanova y Ketty Pazmiño

El público ecuatoriano amante del talento, de la música de nivel, sin duda sabe de qué tipo de artistas estoy hablando.

Dos de las voces femeninas más potentes que hay en Ecuador. Renombre, calidad escénica, pasión por lo que se hace.

Marcia es de las artistas ochenteras que brilló con luz propia en diversos escenarios. De las primeras en incursionar en el lejano pero recordado género drama-videoclip. Una especie de minitelenovela musicalizada que solo Ecuavisa se atrevía a producir hace más de dos décadas.

Y Ketty Pazmiño fue de las más justas ganadoras del OTI, lo que ahora vendría a ser un reality, pero con gente poseedora de dominio escénico.

Voces graves y altas como las de estas dos intérpretes de lujo, de Sierra y Costa, respectivamente, hoy unidas no para grabar juntas, sino para asistirse en lo espiritual.

Marcia tiene dos nenas bellísimas con graves problemas de salud congénitos. Ella también se prepara para una delicada operación quirúrgica. Hace pocos días Ketty comandó un equipo de gente noble que realizó un especial musical benéfico para Marcia.

Eso es amistad. Eso es unión. Espero que este tipo de apoyo no decaiga. (O)