Unidos y solidarios

Queridos ciudadanos, hace pocos días vivimos el fenómeno natural más agresivo que haya azotado nuestro territorio nacional. El terremoto acaecido en suelo manabita, cuya vehemencia afectó varias provincias de nuestro Ecuador, se registra como un acontecimiento histórico sin precedentes.

Centenas de compatriotas heridos, fallecidos y desaparecidos, junto con un sinfín de daños materiales, son el resultado que nos deja este negativo hecho que ha entristecido las páginas de nuestra convivencia, generando desesperación y angustia en nuestra ciudadanía y en hermanos países que de forma generosa y desinteresada han movilizado sus contingentes en respuesta a la ayuda que necesita nuestro pueblo.

Sin embargo lo dicho, en estos duros, durísimos momentos en que la desesperanza embarga nuestros corazones, se erige como un rayo de luz en medio del polvo y los escombros, la solidaridad y unidad que siempre ha caracterizado a esta tierra de próceres, de infatigables luchadores, que día a día suman esfuerzos para ayudar a nuestros hermanos más necesitados.

El Gobierno Nacional, los gobiernos seccionales, la acción internacional, nuestra ciudadanía toda, está volcada a la calle con un solo propósito, rescatar y dar ese necesario aliento de esperanza a nuestra gente, a todos nuestros ciudadanos que lamentablemente han recibido de forma directa las más duras consecuencias de este fenómeno no deseado.

Rescatar la existencia de un sistema nacional descentralizado de gestión de riesgos que hoy ha integrado el accionar y colaboración vertical y transversal de todos y cada uno de los estamentos públicos y privados, rescatar el corazón de nuestro pueblo que en estos momentos de dificultad nos muestra la mejor cara del Ecuador, su bondad.

Es mucha la ayuda que aún se requiere. Hago un llamado a todos quienes podamos movilizarnos a sumar con nuestra colaboración ese imperioso grano de arena que permita seguir salvando vidas y uniendo familias, seguir limpiando nuestras vías y calles para poder reconstruir los rincones afectados de nuestro país.

Seguiremos recabando las donaciones en la planta baja del nuevo edificio del Colegio de Abogados del Guayas, calle avenida Nueve de Octubre y Avenida del Ejército hasta el sábado 23, donde enviaremos un nuevo contingente de ayuda.

Nuestro pueblo nos necesita, es tiempo de deponer criterios personales o políticos e integrarnos tal como nos enseña nuestra gente, con un solo propósito y en un solo esfuerzo. Hoy nuestra ciudadanía nos muestra cómo esa unidad e integración caracteriza el espíritu de los ecuatorianos, llevándonos siempre al camino de la superación con orgullo y en unidad, hoy más que nunca. ¡Juntos lo haremos posible, porque Juntos somos invencibles! (O)