“Le pido disculpas al Presidente de la República”, una frase que pronuncia el expolicía Ricardo Vinicio Carvajal, con la esperanza de dejar  en algún momento la cárcel 4 de Quito, donde cumple una sentencia de 12 años por el delito de tentativa de magnicidio al mandatario Rafael Correa.

Esa esperanza está puesta en el anuncio del presidente Correa, de indultar a los uniformados que pidan disculpas públicas por lo cometido el 30 de septiembre de 2010, cuando atentaron contra su vida.

Pero antes de llegar a esa acción legal, el Departamento Jurídico de la Presidencia elabora un reglamento para regular el proceso en la concesión de peticiones de indultos y solicitudes de gracia.
Con la aprobación del Código Orgánico Integral Penal (COIP) todas las leyes accesorias fueron derogadas, por lo que fue necesario trabajar en la elaboración de un reglamento que constará de 20 artículos, para cumplir con lo determinado en el artículo 73 sobre el indulto y la amnistía, según explica una fuente del Ejecutivo.

Entrega de solicitud

El jueves 18 de septiembre la esposa deCarvajal entregó el pedido de indulto en la Secretaría de la Presidencia.

El Tribunal Séptimo de Pichincha sentenció el pasado 1 de agosto a Carvajal junto a los exuniformados Oswaldo Geovanny L., Eduardo Ilario M.,  Luis Alfredo G., Jessu Paúl J. y Hugo Marcelo B., quienes están  recluidos en la cárcel 4 de Quito hasta donde tuvo acceso El TELÉGRAFO para dialogar con el exgendarme que busca el indulto.

 En la cárcel, arrepentido

Ricardo tiene los ojos irritados posiblemente por el polvo de los cuadros de madera que lija diariamente como parte de las actividades artesanales que realiza al interior del penal desde hace 8 meses, pues fue arrestado en diciembre de 2013.

La fiscal del caso lo implicó en los hechos del 30S, ya que estaba registrado en un video con una pistola.

Además, el fiscal Gustavo Benítez presentó varias pruebas en su contra, incluidos los videos donde aparecen los sindicados gritando en contra del Presidente, incitando a que lo ataquen.

Saluda y se reclina con cierta timidez sobre el respaldo de una silla de la pequeña oficina del director del centro. “Me equivoqué y estoy asumiendo todas las consecuencias, los más afectados con esta situación son mis 3 hijos, al más pequeño lo dejé de 3 meses”, manifiesta en voz baja y con la mirada fija en sus manos, que las restriega nervioso, intentando sacarse restos de masilla.

De todos los sentenciados, Carvajal es el único que la tiene en firme, ya que los demás presentaron recursos de nulidad y apelación. “Yo sí estoy arrepentido, no solo por lo que pasó sino por mi familia, es muy duro”, dijo con la voz quebrada.

“Nunca he negado que soy yo el que está en las tomas, pero jamás disparé, y saqué mi pistola por precaución, ya que me asusté, la situación era terrible, me equivoqué nunca debía haber estado allí, por eso le pido disculpas al Presidente”, expresa el hombre que permaneció en la Policía Nacional casi 12 años.

La tarde del 30 de septiembre estaba en la unidad comunitaria de La Tola, en el centro de Quito, cuando escuchó en la radio patrulla que debían ir hacia el hospital de la Policía para hacerle una calle de honor al Presidente cuando salga del lugar, subió a la moto institucional y acudió a cumplir la consigna.

Al llegar se topó con la trifulca, todo era un caos, estuvimos atrás de un grupo del GIR que arribó unos segundos antes e intentó dialogar con los compañeros que estaban protestando, y empezaron a gritar traidores y al rato se escucharon disparos, relató.

“Me bajé de la moto y me quedé atrás del paso peatonal, en la esquina del hospital, saqué mi pistola y  rastrillé, al tiempo que observé a 2 hombres que parecían militares que disparaban detrás de un vehículo contra el hospital”, recordó.

La situación fue empeorando y los disparos  seguían, “no me puedo imaginar cómo estaría el Presidente, si yo que estaba armado me sentía aterrado”, confesó.

  Carvajal también se disculpa con los familiares de los fallecidos, entiendo lo que es perder a un ser querido, como mis hijos que han perdido a su padre. “Tengo la esperanza de que el Presidente de la República me conceda el indulto”, expresó el exuniformado.

Los demás expolicías no pedirán perdón, y los familiares de las víctimas no se pronuncian al respecto.