“Caminaba por la calle, cuando de repente de una motocicleta se bajó un tipo armado  y me quitó el teléfono que  llevaba en el bolsillo del pantalón. Corrí, pero no pude alcanzarlo; iban dos hombres en la motocicleta”. Ese es el relato  de una víctima de robo en la ciudadela Sauces 5, al norte de Guayaquil. 

La denuncia fue presentada por el afectado ante la Fiscalía de Delitos Flagrantes, el pasado 22 de enero, y seis días después recogida por los operadores del Observatorio de Seguridad Ciudadana de Guayaquil, entidad que se encarga de recopilar, analizar y procesar los datos del comportamiento delictivo en la ciudad, estableciendo horas y lugares en donde se registran las noticias de delito, con el objetivo de focalizar las áreas geográficas de inseguridad.

En base a esa información, que es proporcionada a  la Policía acantonada en la ciudad todos los miércoles, durante la reunión del Consejo Provincial de Seguridad en la que participan representantes de los organismos de seguridad, el Departamento de Operaciones,  a cargo de Orlando Jácome,  planifica los operativos y patrullajes preventivos en determinado sector.

"La información que nos da el Observatorio es muy valiosa en nuestra planificación, pues utilizamos mapas térmicos, en los que se registran los lugares donde ocurren determinados comportamientos delictivos, como robo de automóviles, robo en domicilios, asaltos, etc., lo cual nos permite planificar nuestras actividades”, indica.

El oficial además explica que los mapas térmicos o conductuales, como también se los denomina,  son de dos tipos: los mapas hot spots (zonas rojas o calientes), que  permiten que los agentes determinen las  áreas de mayor peligro; y los mapas de variables específicas, que registran o ubican los delitos por separado: robo a  personas, robo de vehículos, delitos a la propiedad o violencia intrafamiliar, los cuales el Observatorio procesa  por separado.

“Toda esta información la analizamos y utilizamos para plantear nuestras estrategias de acuerdo, también, con la identificación de los factores de riesgo”, agrega.

El índice del robo a personas, como el del ejemplo inicial, registra, según estadísticas  procesadas por el Observatorio, una variación en los últimos 3 meses, siendo justamente el distrito norte, que comprende zonas como  Florida, Martha de Roldós, San Felipe, Mapasingue y Juan Montalvo, el de mayor incidencia.

Gabriela Santos, directora del Observatorio de Seguridad Ciudadana de Guayaquil, informó que  en noviembre de 2012 se denunciaron  881 casos de  robo a personas, esa cifra aumentó a 957 en diciembre, pero disminuyó a 564 en enero de 2013, justamente por las acciones emprendidas por la Policía, tras el estudio de georreferenciación de los delitos.

Otro de los factores que influyen en el análisis, la síntesis y la toma de decisiones estratégicas  en seguridad, según consta en  un informe publicado en octubre de 2012 por el Ministerio Coordinador de Seguridad, es el reporte de los diferentes incidentes que son receptados y atendidos por el ECU-911, ya sea por llamadas telefónicas o a partir del sistema de videovigilancia.

Actualmente, indica el reporte, el Servicio Integrado de Seguridad (ECU-911) documenta un historial de todas las alertas recibidas, cuyo tratamiento y posterior procesamiento estadístico potencia un análisis más útil y profundo que evalúa el trabajo de las diferentes instituciones a cargo de la emergencia, como son la Policía, Comisión de Tránsito del Ecuador, Cuerpo de Bomberos y Cruz Roja.

“La realización de evaluaciones sistemáticas en las zonas de mayor peligrosidad delictual nos ha permitido un mejor control de las acciones y una redefinición de las áreas donde deben emprenderse o mantener los operativos”, explicó el ministro  coordinador de Seguridad, Homero Arellano.   

Sin embargo, el estudio de georreferenciación del delito no es nuevo en la ciudad y el país, puesto que en enero de 2009, el entonces comandante Provincial de Policía en Guayas, Gonzalo Cabezas, implementó el Departamento de Georreferenciación del Delito y Análisis Delincuencial, que tenía como objetivo  procesar  estadísticas, elaborar mapas estratégicos y entregar cuadros comparativos para evidenciar el aumento o decrecimiento de delitos.

Por su parte, el comandante de la Primera Zona Naval,  Marco Salinas, indicó la labor de las Fuerzas Armadas en los operativos de control de armas, principal herramienta que utiliza la delincuencia para perpetrar diversos delitos, precisando que en enero de 2012 los uniformados  decomisaron 49 armas, mientras que  en enero de 2013 fueron incautados 37 de estos artefactos.

Al referirse a ese tema, Jácome  resaltó que  los operativos conjuntos  con las Fuerzas Armadas para el control de armas se vienen dando  en las zonas  comprendidas en el Distrito Pascuales (Pascuales, Montebello, Orquídeas, Bastión Popular), que    el estudio georreferencial identificó como las de mayor incidencia en el  robo a los pasajeros de  buses.

Otro de los delitos que registró una disminución significativa, según Santos, es el robo en locales comerciales, puesto que en noviembre de 2012 registró un índice de 1.113 casos, mientras que al mes siguiente se ubicó en 105, y en enero de este año, en 67. 

Según el mapa georreferenciado del Observatorio de Seguridad Ciudadana de Guayaquil, las zonas  donde mayormente se registra este delito son Av. 9 de Octubre, seguido de Kennedy, Atarazana y Alborada.

Javier Mendieta, experto en seguridad, manifestó que el estudio de georreferenciación podría tener ciertas  desventajas porque esa información puede ser utilizada para fines comerciales por las empresas de seguridad o las compañías de seguros para la  venta de alarmas. También podría ser utilizada por los  delincuentes, quienes pueden utilizar esa información para dirigirse a barrios que no son prioritarios para la vigilancia policial.

Asimismo, los mapas podrían llevar  a que se  estigmatice  una zona que se indica como conflictiva, lo que generaría la disminución del  valor  de  las  propiedades  y el aumento del valor de los seguros.