El 24 de noviembre de 2013, Rosario A., de 77 años, asesinó a su hijo, José A., de 43 años, de una puñalada en el pecho, en la comunidad de Lunduma Grama, en la provincia de Azuay. Las versiones de testigos revelaron que se produjo una fuerte discusión entre los familiares que habían bebido licor.

Una conocida modelo de televisión, que conducía bajo los efectos del alcohol, se volcó y falleció en la vía a la Costa (oeste de Guayaquil).

Un promedio de 7,2 litros de alcohol per cápita se consume al año en Ecuador, según un reporte actualizado, a 2014, de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

De enero a mayo de este año se registraron 608 homicidios, según la Dinased de la Policía, pero no está clasificada por causas. Sin embargo, de los 876 homicidios cometidos en los primeros 6 meses de 2013, contabilizados por la Fiscalía, el 6% está relacionado a muertes derivadas del consumo de bebidas alcohólicas, según el informe del Departamento de Medicina Legal mencionado por el Centro Ecuatoriano de Análisis de Seguridad Integral (Ceasi).

Además, el 71% de los asesinatos relacionados con la ingesta de alcohol se cometió en la vía pública; y el 16% se registró en domicilios. En abril hubo más siniestros de este tipo.

También, el análisis estadístico del sector seguridad demostró que los crímenes se ejecutaron en el 62% (543) con armas de fuego y 31%(271) con arma blanca. Algunas de estas armas constan como evidencia en los procesos judiciales.

De las 3.180 muertes por accidentes de tránsito en 2013, el 2,69% se produjo por conducir bajo los efectos del alcohol, según datos de la Fiscalía.

El consumo de alcohol, sobre todo en los jóvenes, también incide en los suicidios.

Para Saúl Pacurucu, director del Centro de Reposo y Adicciones de Cuenca, el 15% de personas con problema de alcoholismo puede terminar en suicidio.

Opiniones

La relación entre la ejecución de delitos violentos con el consumo de alcohol va ligada a la personalidad del individuo y su patología, opinó Patricia Guerrero, sicóloga especializada en criminología.

Ella explicó que el consumo puro de alcohol no necesariamente produce un agresor u homicida. “Esas son condiciones que ya están dentro de la personalidad”.

La ingesta de bebidas alcohólicas lo que genera es variedad de estados de ánimo, desde alegría, depresión, agresividad, hasta llegar a altos índices de emotividad donde afloran pasiones positivas o negativas. Así, cualquier tipo de comportamiento ‘fuera de lo normal’ de la persona en estado de embriaguez está directamente ligado a su propia personalidad.

Por tanto, para que alguien se vuelva capaz de ejecutar crímenes en estado de embriaguez, es necesario que ya tenga una situación patológica (enfermedad) o desviación de su personalidad. “Solo si cumple esa condición, el individuo puede ir desde la agresividad hasta el cometimiento de un probable asesinato”, consideró la sicóloga.

De esa manera es que ocurren los crímenes pasionales, por emotividad o venganza, y cuando existen altos niveles de obnubilación, que es la falta de principios, acompañada del delirio, que es cuando la persona imagina situaciones y culmina con el ‘coma superficial’ o ‘demencia temporal’, usado muchas veces por criminales como excusa para justificar los actos.

Para Pacurucu, el alto consumo de alcohol produce un temperamento violento. “Si la persona ya de por sí es agresiva, solo lo incrementa”.

Explicó que las etapas van desde el consumo que representa 50 mg/litro de alcohol en la sangre, cuando la persona se desinhibe; con 100 mg pierde el equilibrio al caminar; y con 150 mg aparece la conducta violenta.

Delitos por consumo de alcohol

Entre los delitos que se cometen por beber alcohol están: Violencia intrafamiliar, accidentes de tránsito, lesiones y homicidio.

Ramiro Ortega, jefe de la Policía Judicial de Pichincha, expresó que por el consumo de licor se presentaban situaciones como “alteración del orden público, riñas callejeras que algunas veces terminaban en la pérdida de vidas humanas”.

Roger Cusme, juez Noveno de la Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia de Pichincha, comentó que el alcohol está presente en el 70% de casos de violencia intrafamiliar.