Setenta y siete agentes fueron separados de la Policía Nacional de Ecuador durante los siete primeros meses de este año. Estos se sumaron a los 784 que fueron desvinculados desde 2013. Así lo precisó José Serrano, ministro del Interior, en la 8° Semana Anual de Seguridad, organizada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Buenos Aires (Argentina). De acuerdo con cifras del Ministerio del Interior, de los 861 agentes que dejaron la institución, la mayoría fue de los rangos de tropa: 486 cabos, 144 policías, 160 sargentos y 37 suboficiales. Sin embargo, sí hubo oficiales destituidos: un coronel, seis tenientes coroneles, cuatro mayores, siete capitanes y 16 tenientes. “Antes la Policía ecuatoriana era militarizada. Teníamos que transformar una doctrina militarizada a una doctrina civil y comunitaria. Nuestra policía debía ser una policía jerarquizada e instruida en el uso de armas. Además de la transparencia que incluye un proceso de autodepuración permanente”, expuso ante ministros y altas autoridades de 16 países. El proceso incluye análisis psicológicos, socioeconómicos, toxicológicos y del polígrafo. Serrano detalló que en 2015, la tasa de homicidios en el país terminó en 6,41 por cada 100.000 habitantes. En los últimos años se incrementó la resolución de crímenes el 66%. Y el 94% tuvo sentencia condenatoria. El tema de asesinatos de mujeres es fundamental, agregó. “Antes no se resolvían judicialmente ni el 12% de casos de femicidio, actualmente se llega a un fallo en el 75% y queremos llegar a 95%”, expresó el funcionario. Situación en América Latina El año pasado en América Latina y Caribe fueron asesinadas 135.000 personas, lo que representa el 33% de homicidios en el mundo, según cifras del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La lucha contra la violencia cuesta $ 120.000 millones al año ($ 200 por habitante). Solo el gasto en policías es de $ 51.000 millones al año. Menos del 10% de los casos se resuelven. “El tema de violencia es el principal problema en la región”, expresó Karelia Villa, especialista del BID. “Latinoamérica tiene 23 homicidios por cada 100.000 habitantes. Es el doble de África y el quíntuple de Asia. Uno de cada cinco latinoamericanos lo ve como su principal problema”, aseguró José Luis Lupo, representante del BID para el Cono Sur. El Salvador, Venezuela, Honduras, Jamaica y Guatemala son los países más violentos; mientras que Chile, Bolivia, Ecuador, Perú, Uruguay y Paraguay, son los que tienen una tasa más baja; de acuerdo con cifras publicadas en 2015. Eugenio Burzaco, del Ministerio del Interior argentino y anfitrión del encuentro, arguyó que “hace 10 años venimos empeorando sistemáticamente. Argentina está en índices más bajos que el resto de países de la región, pero si nos comparamos con nosotros mismos estamos peor. Tenemos un índice de seis asesinatos cada 100.000 habitantes, poco para la región, pero es el doble que hace 20 años”. Richard Aborn, presidente de la Comisión Ciudadana contra el crimen en Nueva York, señaló que “necesitamos crear espacios para que las personas hablen de temas que no funcionaron. Porque sino no podremos aprender de los fracasos y no vamos a intentar nada nuevo”. (I)