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El Telégrafo
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Recién nacido muere en una clínica por trauma craneal

Recién nacido muere en una clínica por trauma craneal
30 de mayo de 2012 - 00:00

El primer hijo de Nolberto Gil, de 52 años,  y Marcia Herrera (33)    nació el lunes 21 de este mes a las diez  de la noche en la clínica   Novaeco, al sur de la capital. Sin embargo, la felicidad duró poco tiempo, ya que el martes en la mañana  recibieron la noticia de que su hijo había muerto.

Mientras escuchaban la breve explicación de los médicos, uno de ellos  les entregaba el   cuerpo inmóvil del recién nacido.

Los nueve meses de  embarazo, Marcia fue atendida en un centro  médico del sector de Guamaní, pero al término de las  40 semanas, los médicos  le  dijeron que el parto sería   en la clínica Novaeco.
Sin mayores preguntas, la pareja se trasladó al lugar y  le dijeron que no podía ser parto normal, por lo que       le practicaron una cesárea. 

La pareja   vio a su hijo  ya  en la habitación, pero  cuando Marcia intentó alimentarlo  no pudo, pues  el pequeño no cesaba de llorar.

Ambos recuerdan el calvario de aquellas horas  y el sentimiento de impotencia.   Nolberto -oriundo de Cotopaxi- explica que el  martes en la mañana  vio a su bebé sobre  una descuidada cuna de lata, con un pedazo de plástico sobre su cabeza, la cual estaba   en una habitación que al parecer servía como bodega, pues, recuerda,   en el lugar solo habían cajas amontonadas y cosas en desuso con polvo.

En ese momento se acercó y le dio un beso en la frente, fue el último gesto de cariño que el pequeño recibió de su padre cuando aún tenía    vida. Los médicos   aseguraron que todo estaba bien, pero minutos después,  a las 14:00, les dijeron que el bebé había muerto por ser prematuro.  Tratando de controlar las lágrimas y reclamando, por la muerte de su hijo, Nolberto fue  insultado por parte de los galenos que le decían:  “no hay nada que hacer”. 
Miembros del Departamento de Criminalística   inspeccionaron   el lugar en donde se practicó la cesárea. Nolberto explica que únicamente era un cuarto lleno de basura y suciedad con una mesa en el centro.

Los informes de autopsia  determinaron que la causa de la  muerte fue una fractura cerebral.

Nolberto presume que el bebé pudo haber caído de los brazos de algún  galeno o enfermera, y recrimina que de ser así, no se le haya prestado ayuda médica a su hijo, y se quiera negar todo.  La clínica Novaeco,   que cuenta con una   habitación y varios consultorios, fue clausurada esta semana, pues  no tenía permisos para funcionar como clínica de cirugía, sino únicamente como un centro radiológico. 

Moradores del sector indican que la casa de salud  funciona, aproximadamente, desde hace 12 años. 

Las autoridades realizarán las investigaciones pertinentes para saber si hubo o no un caso de negligencia médica que terminó con la vida del pequeño Andrés Alejandro, quien vivió solo dos días.

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