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Ecuatoriano es testigo en un doble crimen cometido en España

Francisco Javier M.R., acusado del doble crimen, estuvo presente en el juicio que se efectúa en Huelva.
Francisco Javier M.R., acusado del doble crimen, estuvo presente en el juicio que se efectúa en Huelva.
Foto: abc andalucía huelva
28 de septiembre de 2017 - 00:00 - Redacción Justicia

En abril de 2013 los vecinos de Almonte se horrorizaron cuando se percataron de los asesinatos de Miguel Ángel Domínguez y su hija María, de 8 años, por la saña y la alevosía cometida. Dentro de las investigaciones fue llamado un ciudadano ecuatoriano el jueves último como testigo en este caso.

Ese día, 21 de septiembre de 2017, el único sospechoso del doble crimen, Francisco Javier M.R., estuvo presente en el juicio, donde expusieron su informe los peritos forenses que actuaron en la práctica de la necropsia de ambas víctimas. Los miembros del equipo del Instituto de Medicina Legal detallaron las lesiones que presentaban los cuerpos: el padre 49 y 105 la pequeña María. Ambos murieron desangrados, por shock hipovolémico, afirmaron los forenses para apuntar el carácter pasional de los crímenes.

“Las lesiones sugieren emociones fuera de control, hay pasión, y donde hay emociones fuera de control hay vínculo afectivo y conocimiento del autor respecto a las víctimas”, según el portal ABC Andalucía Huelva.

Por el estudio realizado de las marcas y lesiones que presentaban ambas víctimas, el experto afirmó que los crímenes fueron cometidos con una única arma (de filo regular, con punta, sin melladuras y al menos 15 cm de longitud) y por una única persona (diestra), por la posición y las heridas de defensa. A preguntas de la defensa, ha respondido que probablemente fueron causadas por 2 armas de similares.

Según el forense, María fue una víctima circunstancial. Las numerosas lesiones que presentaba las consideraron de ‘intencionalidad dudosa’. “Hemos tenido un debate en este asunto”, indicando que al parecer fueron producidas por el autor de los crímenes “en un intento de zafarse de la niña mientras perpetraba la agresión al padre”.

    El forense detalló cada una de las lesiones que el asesino causó a sus víctimas en una sesión en la que la magistrada, Carmen Orland, pidió el desalojo de la sala de los familiares que siguen el juicio, entre los que se encuentran los padres y el hermano de Miguel Ángel, asistidos por psicólogos. “Allí no hubo combate, sino defensa desesperada, para parar el ataque”, respondió al fiscal.

     Los expertos han afirmado que no obtuvieron ningún perfil genético distinto al de las víctimas. El ADN del acusado fue encontrado en unas toallas sin manchas, colgadas en los baños, recogidas en una inspección ocular posterior en la casa y fueron halladas por especialistas del Instituto Nacional de Toxicología, quienes expusieron su informe el pasado martes. El indicio provocó su detención en junio de 2014.

Ecuatoriano escuchó voces

El compatriota era vecino de las víctimas de Almonte, y por eso fue llamado a declarar. Aseguró que mientras estaba en la azotea de su casa, contigua a la misma, poco antes de las 22:00 del 27 de abril, cuando murieron, escuchó voces de 2 hombres que “parecían del pueblo” en “una discusión que duró sobre un minuto y después hubo silencio”.

Durante su declaración en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Huelva, el hombre detalló que no conocía a las víctimas “ni de vista” ni tampoco a Marianela, mujer y madre de los fallecidos.

Al ser preguntado por la acusación particular de la familia si tiene miedo a algo, aseguró que no y que “siempre” ha contado la verdad. (I)    

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