Tras varios minutos de ansiedad y espera en una de las salas del Comando de Policía en Portoviejo, Alegría Nevárez vio a su hijo luego de 18 años. Apenas lo tuvo cerca se lanzó sobre él y lo abrazó.

La última vez que esta mujer estuvo junto a su vástago fue el día que desapareció (supuesto secuestro), cuando era un menor de 18 meses de nacido (julio de 1999), en Charapotó (Sucre, Manabí). Ahora, es un joven que en el reencuentro vestía un buzo gris y jeans.

Alegría no podía creer que después de 18 años estaba viendo a su hijo. Mientras lo abrazaba, rodaban sus lágrimas. Se sintió como aquellos días cuando lo cargaba, cuando tenía por nombre Davor Miguel Nevárez Loza... la diferencia es que el joven actualmente se llama José Miguel Chóez Alvarado, como fue inscrito en 2000.

Tras el abrazo, la mujer lanzó con pesar “muy tarde lo encontré”, luego tomó fuerzas y acotó “yo siento en mi corazón que es muy tarde. Él tiene mucha frialdad, no sé cómo se sienta, pero gracias por haberlo encontrado”, señaló la mujer, quien no dio más detalles y se retiró del lugar.

 José Miguel prefirió mantenerse alejado de las preguntas y solo abrazó a su madre, para luego retirarse de la sala.

El reencuentro se dio la tarde del lunes, en la conferencia de prensa que ofreció la Policía Nacional, luego de los trabajos de investigación de los agentes de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Desapariciones, Extorsión y Secuestros de Personas (Dinased), que ubicaron a José Miguel y lo reunieron con su madre.

Freddy Ramos, comandante de la Zona 4, explicó que la Policía Nacional una vez que se recibió la denuncia del caso (31 de mayo de 2017) aplicó los protocolos de búsqueda de personas desaparecidas, a través de la Dinased, con el fin de ubicar al joven que hace 18 años presuntamente había sido raptado por la expareja sentimental de su madre (Miguel Ch.).

Ramos destacó que la Dinased aplicó técnicas de investigación para localizar al joven, que terminaron en el reencuentro con su progenitora. “También hay que tomar en cuenta que es un choque emocional para ambos lados”.

La abuela del chico, Lida Loza, está contenta. “Lo importante es que lo localizaron. Yo vendré a Manabí seguido para hablar con él”.

Recordó que su nieto vivía en Babahoyo (Los Ríos), pero su hija viajó con él, cuando era niño, a Charapotó para asistir a una fiesta, “pero en una madrugada el hombre (expareja de Alegría) se lo llevó. Él tenía amenazada a mi hija de que le iba a dar en donde más le doliera si no regresaba con él”.

Loza resaltó que “desde ese momento comenzó la lucha de mi hija por dar con el paradero de su vástago”. Días después del presunto secuestro, Alegría denunció el plagio en Bahía de Caráquez, pero luego el caso se cerró. A pesar de ello continuó buscándolo sin tener resultados, hasta que en mayo pasado acudió nuevamente a la Dinased.

“Mi nieto está cohibido, está tímido, está resentido, porque piensa que nosotras no lo hemos buscado. Durante los 18 años hemos recorrido el Ecuador”, aseveró su abuela. (I)