La bendición y fuerte abrazo recibió  Arturo Martínez (17 años), alumno  del colegio Mejía, esta mañana. Fue el abanderado de Quito y se sintió orgulloso de recibir una de las insignias más importantes por su rendimiento académico. 

Este viernes, los colegios particulares, públicos y fiscomisionales juraron lealtad al símbolo patrio, en el Día Nacional de la Bandera. 

El orgullo de los padres y de los estudiantes, así como los deseos de que sigan adelante, fueron parte del ambiente festivo tanto en colegios públicos como privados

Alexandra Portilla, abanderada del colegio Benito Juárez, confesó que en más de una ocasión dejó de lado la diversión propia de su edad para primero cumplir con sus obligaciones escolares. Con emoción una vez finalizada la ceremonia, que se realizó en su colegio, destacó que “esto es solo un premio para quienes nos dedicamos a estudiar y ser mejores cada día”.

Para su padre Hólger Portilla, miembro de la Fuerzas Armadas, su hija le entregó un "honor". Dijo que es una "excelente hija y ahora se demuestra que se esfuerza cada día por ser una mejor persona y una ciudadana ejemplar”.

En cambio, Luis Sánchez, quien cursa el último año del colegio Benito Juárez, dijo que si bien no es abanderado, con este acto simbólico recuerda a las personas que han hecho cosas para engrandecer el nombre del Ecuador y espera que él y sus compañeros “sean ciudadanos de bien”.

Javier Montalvo, en cambio con un puntaje de 9,79 fue declarado como abanderado del colegio Mejía. Para Montalvo ser el mejor estudiante no basta, puies señaló que se esfuerza por ser un "buen ciudadano y tener compromisos diarios con la Patria".

A su criterio,  “Ecuador nos dio todo, ahora debemos nosotros retribuirle eso, esforzándonos para que en nuestras actividades nos destaquemos”, sostuvo.

Los padres o representantes de los estudiantes destacados también demostraron su orgullo por este logro académico. Augusta Maldonado, tía de Arturo Martínez, abanderado del pabellón de Quito del colegio Mejía, le deseó que continúe con estas buenas acciones para que contribuya al desarrollo del país.

Maldonado destacó que el logro de un estudiante no es solo de él, sino que todas las personas que están detrás de ese adolescente.

De igual forma, en el colegio Andrés F. Córdova, al sur de Quito, casi un centenar de estudiantes juraron defender al símbolo patrio. Karen Ibadango, abanderada, agradeció la labor que cumplieron sus profesores, al igual que sus padres y compañeros, “sin ellos este logro no habría sido posible”, dijo.

¿Qué significa jurar la bandera?

Nerviosos e impacientes. Así estuvieron esta mañana los alumnos de tercero de bachillerato del colegio Rousseau, en el norte de Quito, en la ceremonia de Juramento de la Bandera. 

Por ello, en el patio general de la institución se colocó una gran bandera que, para estudiantes como Sabine Vaca, es "símbolo del orgullo nacional de quienes entregaron su vida por defender nuestro territorio".

Los más orgullosos fueron los padres de los abanderados y portaestandartes, para quienes el hecho de que sus hijos cobijen al resto de estudiantes con el símbolo patrio significa un compromiso y ejemplo para el resto de alumnos.

Para padres de familia como Adriana Hurtado, el hecho de que los jóvenes juren la bandera es un "compromiso con el país de ser mejores".

El criterio lo compartió Juan Carlos Vaca, quien dijo que el acto refleja "representar muy bien al país, en cada lugar que uno se encuentre y gritar con orgullo: Soy ecuatoriano".

"¿Juran por vuestro honor defender al glorioso tricolor en todas las emergencias que se encuentre ofendida la dignidad de su patria o su honor amenazada?" fue la pregunta que realizó Karen Mejía, rectora de la Unidad Educativa Rousseau.

Y sin dudar, al unísono, los estudiantes respondieron: "Sí juramos. Por nuestro honor defender el glorioso tricolor, en todas las emergencias que se encuentre ofendida la dignidad de su patria o su integridad amenazada. Te amaré por siempre, emblema nacional y será para nosotros, orgullo símbolo de paz, justicia y libertad".

Ana Paula Mafla, una de las abanderadas, considera que los "jóvenes tienen el compromiso de ser mejores cada día".

Para Martín Tello, jurar la bandera significa "representar a nuestra institución y a nosotros mismos frente a nuestra patria, respetarla y siempre defenderla, de aquí para siempre".

David Negrete se siente orgulloso. Considera que de ahora en adelante será su compromiso "honrar a la patria y a los símbolos patrios, porque en el futuro yo voy a hacer junto a mis compañeros el que me encargue de honrar a la Patria".

Priscila Guerra, cree que el hecho de decir: "Sí juro" significa mucho más, pues entrelíneas lleva el "no fallarle nunca a la Patria".