El daño ecológico que causó Texaco es un argumento para oponerse a la explotación del Yasuní. ¿Eso preocupa a los habitantes de Lago Agrio?

Es algo que no podemos olvidar. Cuando yo era niño, en los desfiles, se echaba crudo en las calles para evitar que se levante el polvo y nuestra ropa quedaba salpicada de petróleo. Por eso nuestras madres usaban gasolina para lavar la ropa y eso levantaba la piel de sus manos. Esas piscinas, donde se depositaba agua de formación con crudo, se desbordaban hacia los ríos cuando llovía. No queremos que se repitan esas prácticas, por eso apoyamos una intervención responsable como plantea el Gobierno y ya hemos sido testigos de ese trabajo.

¿Confían en el Gobierno?

Hemos visto que hay una explotación amigable con el medioambiente y responsable con las comunidades, y hay leyes que lo garantizan. Por eso, 30 alcaldes de la Amazonía hemos firmado un manifiesto para respaldar la explotación del Yasuní con total responsabilidad ambiental y social, y nosotros vigilaremos en el territorio que eso se cumpla.

En Quito se han manifestado en contra de la explotación del Yasuní. ¿Están de acuerdo?

Vemos dos segmentos que opinan desde Quito -lejos de nuestras comunidades- y parece que algunos ni siquiera conocen la Amazonía. Hay una conciencia social que se despertó con la Iniciativa Yasuní ITT y seguro que varios de esos jóvenes están realmente convencidos y coincidimos con ellos porque también amamos la vida, una vida digna para nuestros ciudadanos, con acceso a servicios básicos, educación... Pero asimismo hay actores políticos que tratan de sacar tajada de este tema y lo han politizado con miras a las elecciones del próximo año.

¿Qué proponen los alcaldes amazónicos en ese manifiesto?

Es nuestro respaldo al Decreto 74 para la explotación de los bloques Ishpingo, Tambococha y Tiputini con responsabilidad ambiental. Y exhortamos a la Asamblea Nacional para que viabilice ese pedido lo antes posible... Nosotros ya nos beneficiamos del ingreso petrolero, cuando antes Lago Agrio -capital petrolera- solo veía salir el crudo para financiar obras en Quito y Guayaquil, incluso creo que el Malecón 2000 se costeó con fondos petroleros nuestros... Ahora, con la Ley de Hidrocarburos, son $250 millones al año los que serán invertidos en las comunidades.

¿Cómo se invirtieron esos fondos?

A finales de este año Lago Agrio tendrá una planta de agua, a los 40 años de explotación petrolera, entonces cómo no estar de acuerdo con esa política que deja recursos para obras: agua, alcantarillado...