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El Telégrafo

La sonrisa de Álvaro Noboa estaba “reservada” solamente para la foto

La sonrisa de Álvaro Noboa estaba “reservada” solamente para la foto
11 de enero de 2013 - 00:00

La tarde del pasado miércoles no fue el mejor día para la campaña del candidato presidencial del Partido Renovador Institucional Acción Nacional (Prian), Álvaro Noboa Pontón, quien por la lluvia, en varias ocasiones, interrumpió  su recorrido. Eso le cambió hasta el estado de ánimo.

Junto con sus partidarios y aspirantes a la Asamblea por la lista 7, Noboa se concentró a la entrada de la cooperativa Flor de Bastión. Embarcado en su camioneta Dodge doble cabina color gris, el empresario era seguido por varios automóviles y dos camiones repletos de juguetes.

Fue difícil el ingreso. La calle angosta y sinuosa no prestaba facilidades para el inusual tránsito. Un policía y un vigilante tuvieron que esforzarse para evitar los atascos que se  formaban.

El primer punto de visita fue la vivienda de Segunda Graciela Castro, moradora de Flor de Bastión. Ella recibió  una donación de la Fundación Cruzada Nueva Humanidad, que Noboa preside junto con su esposa y compañera de fórmula, Anabella Azín.

La donación consistió en ollas, sillas, baldes y lavacaras plásticas, una cocina con su respectivo tanque de gas, cucharones de aluminio, entre otros enseres, para que la señora emprenda un negocio de comidas. Así lo aseguró el candidato.

na de las beneficiadas con los regalos de Noboa, a quien se le distorsionó el rostro. Foto: Lylibeth Coloma | El Telégrafo

Él mismo en hombros llevó los implementos hasta  la pequeña vivienda de doña Graciela. “Gracias, gracias a usted, ojalá gane”, repetía la mujer al ver los regalos. A pocos metros observaban el candidato a la Asamblea, Alfonso “Pocho” Harb y el jefe de campaña, Alejandro Ponce.

Llegó el momento de la foto. El candidato presidencial llamó a la beneficiaria, quien se acercó y enseguida el rostro severo de Noboa cambió por una sonrisa mientras abrazaba a la mujer frente a las cámaras.

“Estas son obras y no palabras, los políticos se  pasan hablando y prometiendo. Nosotros damos trabajo todos los días, la culpa de lo que ocurre en el país no es de los empresarios, es de los malos políticos y por eso quiero cambiar el país”, sostuvo Noboa mientras mantenía su cabeza junto a la de Graciela.

En tanto, Harb explicaba sus propuestas de campaña. “Nuestro objetivo es la lucha contra la delincuencia, mi propuesta de campaña es 50 años de prisión a quienes cometen crímenes execrables, defender la existencia del Bono de Desarrollo Humano y crear una obligatoriedad para que los estudiantes que salen de las universidades puedan ser incorporados en las empresas”, sostuvo el ex periodista deportivo.

Terminada esta labor la caravana se dirigió al bloque 10 de Bastión Popular. En esos momentos comenzó a lloviznar, las callejuelas de tierra inmediatamente se tornaron lodosas y complicó el  ingreso de los vehículos.

La caravana se detuvo hasta que dejara de llover. Decenas de curiosos y niños se acercaron a los carros de cuyos altavoces se escuchaba la canción de campaña: “Despierta Ecuador, despierta” (al ritmo del baile de la tusa).

Alfonso Harb aprovechó el momento para saludar a quienes estaban cerca de los vehículos. Se ordenó sacar de uno de los camiones los regalos que tenían previsto entregar: muñecas y pelotas de hule. A los pocos segundos decenas de niños pugnaban por  los obsequios.

Dejó de lloviznar, pero el cielo aún estaba nublado. Noboa entonces salió de la camioneta, siempre con su rostro adusto. Conversó  con sus coidearios, en voz baja, por unos momentos. Luego se animó a subir al balde del vehículo. Junto a él se colocaron Harb y demás seguidores.

La caravana avanzó media cuadra, pero la lluvia retomó su intensidad. Noboa se mantenía serio y apenas levantaba la mano para responder a los moradores que hacían cualquier gesto para  saludarlo. No quiso continuar, se bajó del balde y se embarcó nuevamente en la camioneta.

Solamente Harb se animó a caminar bajo la lluvia para saludar a las personas, pero los carros se detuvieron. Entonces decidieron ampararse bajo el portal de una casa y allí Noboa ordenó que pusieran a los adultos en fila para entregar los juguetes que había llevado.

A los presentes no les importó enlodarse los pies con tal de recibir un obsequio. Hubo quienes desafiaron la llovizna y esperaron pacientemente hasta recibir el regalo.

El candidato prianista se tomó otra foto, esta vez con Sandra Reina, dueña de la vivienda en cuyo portal se cobijó. Nuevamente sonrió a la cámara y se despidió de la anfitriona. Al salir volvió a la postura que mantuvo en la mayoría del tiempo del   recorrido:  parco y casi sin decir palabra.

Se embarcó presuroso en la camioneta doble cabina para no mojarse y continuar su recorrido por otros bloques de Bastión Popular, junto con su equipo de campaña, quizá esperaba  que la lluvia cesara y de esta manera retomar su actividad proselitista.

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