La matriz productiva nuestra debe estar enfocada a utilizar los recursos con que contamos y un poco a apuntalar las ventajas comparativas y competitivas que tenemos como país. Eso significa que si somos ricos en recursos naturales, cobre o petróleo, lo que debemos es manejarnos de manera inteligente con la naturaleza. Es decir, hay que emplear las tecnologías que sean amigables con la naturaleza y que permitan incrementar el desarrollo y la riqueza del país.

Se debe poner en las leyes que toda alianza que se tenga que hacer para la explotación de los recursos, que se la haga con el sector productivo nacional privado o con inversión extranjera directa, debe estar sobre la base del respeto a las leyes y las reglas del juego del país, en función de un modelo de desarrollo.

No solo nos debemos quedar en la parte extractivista de la economía, es decir, sacar productos primarios y exportarlos, sino que nos debemos enfocar a tener un desarrollo de industrias vinculadas con estos recursos.

Todo esto tiene que estar unido con el hecho de impulsar la asociatividad entre el sector público, sector privado y sector popular y solidario, de lo que muy pocos hablan.

Por ahí debe estar el camino y crear las condiciones necesarias para cambiar la matriz productiva del país. No podemos seguir dependiendo de una matriz extractivista, sino que tenemos que ir a un cambio estructural de la misma. Hay que ir a la explotación de los recursos naturales y sus ventajas comparativas y buscar ventajas competitivas.

Además, la tendencia en materia de tributos debe enfocarse en separar la política tributaria y la de recaudación tributaria. Deben ser dos entes por separado los hacedores de política económica: Uno para la política de tributación, y otro, el Servicio de Rentas Internas, para la política de recaudación. Nos debemos encaminar a hacer más eficiente la recaudación de impuestos.

En cuanto al Impuesto a la Salida de Capitales, hemos visto cómo a noviembre del año pasado teníamos $1.050 millones, mientras que en el período anterior era de apenas $800 millones. Es decir, que a pesar de subir el porcentaje, el dinero siguió saliendo. Lo que debemos hacer es crear condiciones para que la inversión se quede en el país.

Con ello los capitales nacionales se quedan. No hay que poner medidas represivas. Es ahí entonces donde entran los estímulos y si un empresario invierte, entonces se le den las exoneraciones en materia de tributación.