Los moradores de sectores del norte de la urbe afectados por las lluvias, que se han prolongado durante la semana, continúan con problemas para ingresar a sus viviendas, debido a que se mantienen inundadas algunas vías.

En algunos barrios, la lluvia ha formado zanjas para abrirse paso en lugares que, además de tener un sistema de alcantarillado, reciben toda la carga que proviene desde lugares elevados.

Prosperina, Mapasingue, Monte Sinaí y Sergio Toral, ubicados al noroeste de la ciudad, son los sectores que enfrentan la falta de servicios básicos que permitan mitigar el impacto de la lluvia durante la época invernal.

La familia Chérrez-Bazurto, en Nueva Prosperina, aún no se recupera de la pérdida de su vivienda, que fue destruida, el pasado sábado, por una corriente de agua y lodo de más de un metro de altura.

César Chérrez, padre de familia, comentó que por el momento ha dependido de la ayuda de sus vecinos para tener un lugar para pasar la noche y que hasta ayer no había recibido una solución concreta por parte de las autoridades.

El único apoyo fue del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) y consistió en la entrega de raciones alimenticias. “No nos han dicho si nos reubicarán o si nos repondrán todo lo que hemos perdido”, aseguró Chérrez.

En Nueva Prosperina existe una especie de riachuelo que, según sus habitantes, se mantiene durante el año.

Rigoberto Reyes explicó que esto ocurre por las aguas servidas que provienen de las zonas más altas y que para evitar inundaciones se abrió un pequeño canal. “Necesitamos que se construya un ducto o algo que controle la altura de la corriente para evitar que se sigan cayendo casas”, dijo Reyes.

En Balerio Estacio, sus habitantes están acostumbrados a perder sus peatonales en cada temporada invernal. Allí se forman zanjas que ellos, posteriormente,    rellenan para que circulen los vehículos.

Petita Mata, quien habita en el sector hace 14 años, aseguró que el estado de las peatonales empeoró, en diciembre pasado, luego de que instalaran conexiones de agua potable. “Aún no tenemos el servicio, pero sería bueno que antes de que lo inauguren nos solucionen el problema de las calles sin pavimentar”, dijo Mata.

Mientras que en Monte Sinaí, el problema de inundaciones persiste en los lugares que se han pavimentado.

Pedro Benavides, quien vive cerca de la cooperativa Arcoiris, manifestó que el problema de desfogue de las aguas empeoró desde que varios moradores   taparon una zanja, el año pasado, por supuestos problemas de acceso a sus viviendas. “El día sábado el agua nos llegó hasta el medio metro, lo que antes no había ocurrido... si bien bajó pero tuvimos que construir pequeños puentes de caña en los sitios que aún no baja el agua”, indicó Benavides.

Asimismo, alrededor de 60 viviendas resultaron inundadas en diferentes sectores de Posorja (parroquia rural de Guayaquil) porque subió la marea, lo que provocó el desbordamiento de los esteros cercanos. Los moradores perdieron sus bienes materiales.

Al menos seis familias fueron trasladadas a una escuela de la zona que fue adecuada como albergue provisional.

Pero antes, personal del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) y del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) de la Policía colaboraron en el rescate, pues había dificultades para salir de las viviendas.

Los moradores de las zonas afectadas se quejaron de la ausencia de obras de infraestructura de alcantarillado por parte del Cabildo. El agua estancada daba por la cintura.

Hasta la noche del martes, 32 familias fueron albergadas en el Centro de Atención Municipal Integral (CAMI) Zumar, luego de que colapsaran sus viviendas.

La Dirección de Acción Social y Educación del Municipio informó que, del total albergado, 13 familias fueron reubicadas en viviendas de familiares y vecinos. El proceso de traslado se realiza con el apoyo del MIES.