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El Telégrafo
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El Cabildo asegura que ha beneficiado a 800.000 abonados en 8 años

Los vecinos de La Chala esperan alcantarillado

En el sector La Chala, cerca del estero Salado, se observan las tuberías clandestinas de aguas sucias.
En el sector La Chala, cerca del estero Salado, se observan las tuberías clandestinas de aguas sucias.
Foto: Miguel Castro / El Telégrafo
18 de marzo de 2016 - 00:00 - Redacción Guayaquil

Patricia Chalén, habitante de la calle 21, entre Azuay y 4 de Noviembre, no soporta los hedores que se originan al pie de su vivienda. Cerca de su inmueble, frente al estero Salado, una tubería clandestina emana aguas domésticas que, finalmente, desembocan en el brazo de mar.

Patricia denuncia que eso ocurre durante el día. Un equipo periodístico de EL TELÉGRAFO observó que de ese conducto del suburbio de Guayaquil salían heces fecales. “En las tardes los fuertes olores son peores. En los días soleados huele a podrido”, reclama la moradora.

Según esta ciudadana, no todos los residentes están conectados a las redes de alcantarillado. Por ese motivo, algunos han colocado conductos antitécnicos.  

El Ministerio del Ambiente (MAE), en su cuenta de Twitter, señala que en La Chala existe un acueducto defectuoso. “Tenemos que garantizar que el derecho de la ciudadanía a un ambiente sano se respete”, expresó Daniel Ortega, titular de la cartera de Estado.

De igual manera, Isabel Martínez, vecina de la 21 y Domingo Savio, carece del servicio básico. Ella también usa pozo séptico y sus descargas de aguas sucias terminan en el estero. La mujer de la tercera edad desconoce de algún plan municipal para cubrir la deficiencia.

En cambio, ciertos moradores de la zona que tienen alcantarillado se quejan del frecuente colapso de los sumideros.

Ortega cuestionó que se ha convertido el estero en una “cloaca”. “Es lamentable que el alcalde intente confundir a la ciudadanía”.  

En Pascuales, los residentes también arrojaban al río los líquidos domésticos. En la parroquia hay calles pavimentadas y alcantarillado pluvial. Pero no el sanitario.

Por ello, a través de tuberías clandestinas, envían los desechos al río Daule. En el sector conocido como Las Vegas desembocan las descargas sin tratamiento. “Guayaquil aún no tiene el 100% de alcantarillado sanitario. Basta con visitar este lugar”, protesta Ángel Merino.     

De su lado, el Cabildo porteño, por las redes sociales, respondió que en 8 años de poseer las competencias han asistido a 800.000 habitantes. De esa cantidad -aseguró- solamente 40.000 inmuebles, ubicados cerca del afluente, no están conectados a la red. (I)

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