Lo más difícil de encontrar y plasmar dentro de un campo de juego es el estilo. Este va de la mano de una idea madre que es concebida por el director técnico, el problema es que muchos clubes no saben lo que quieren.  

Este deporte tiene la particularidad de que el éxito es amigo de todos, por eso la mayoría no puede distinguir si en realidad los entrenadores tienen un modo de expresar su sentir futbolístico, si persiguen una ideología o simplemente cumplen con el manual de instrucciones para comandar un equipo.

Hay casos muy particulares, técnicos que imponen sus ideas a base de trabajos específicos y desde allí transmiten el rumbo que pretenden encontrar. Alguien se preguntó alguna vez, viendo una sesión de entrenamientos, ¿por qué hacen determinados ejercicios, si realmente van de la mano con la propuesta o simplemente lo realizan para cumplir?

Es muy importante el diálogo del responsable con sus dirigidos, pero es aún más preponderante el trabajo previo realizado en cancha diariamente, corrigiendo y llegando a la capacidad intelectual del jugador para que comprenda y se convenza de dónde nacen las soluciones que requiere cada partido. Las charlas técnicas deben refrescar conceptos y apuntalar detalles del rival. Por eso, con firmeza digo que hay equipos que no están entrenados sino trabajados, diferencia abismal que en el juego de palabras no parece serlo, pero sí lo es con el legado que tiene como responsabilidad dejar cada cabeza de grupo cuando transita por una institución. El público quiere ganar, ¿pero de qué manera pretende hacerlo? ¿Gratifica ganar jugando bien, respetando convencimientos e imponiendo criterios en el verde césped, o da lo mismo y solo esperamos el momento sublime de gritar gol sin degustar la jugada previa? Existen viejos dichos que reflejan en ocasiones ese paladar o prioridad. ”Ganó a lo Barcelona” o por ejemplo, la otra faceta que muestra al Real Madrid que, aun si gana y no gusta, recibe pañuelos blancos en señal de protesta.  

Es determinante que el público se sumerja más en un espectáculo que acapara muchas horas de nuestras vidas y genera tanta pasión, y que comience a entender, analizar y no relajarse y escuchar hipótesis infundadas. Entrenar un equipo es algo básico, trabajarlo involucra otras cosas. (O)