Para triunfar en el fútbol deben coincidir varios factores. En primer lugar, es necesario encontrar un equipo adecuado. En segundo, los jugadores o jugadoras han de poseer unas buenas condiciones físicas y técnicas. Y en el caso de la tailandesa Orathai Srimanee se dan ambas circunstancias, aunque en Canadá está brillando especialmente por su manejo del balón.

“Antes de pasarme al fútbol sobre césped jugué mucho tiempo al fútbol sala. Ahí fue donde desarrollé mi técnica”, cuenta la dorsal número 13 de Tailandia.

Después de pasar algunos años en el parqué, Srimanee sintió el deseo de jugar en césped, y así fue como empezó a buscar equipo. “Siempre había observado cómo jugaban y sentí que yo quería hacer lo mismo”, recuerda esta delantera de 1,51 m de estatura.

Desde luego, el cambio le ha valido la pena, y en estos momentos disputa con la selección tailandesa la Copa Mundial. El jueves Tailandia venció 3-2 a Costa de Marfil. “Estoy muy emocionada; el equipo ha estado fantástico y hemos disfrutado mucho”, declaró después del cotejo, mientras sostenía la distinción como ‘Jugadora del Partido’.

Un regalo de cumpleaños

Pero todo esfuerzo tiene su recompensa. En vistas de la excitación propia del día del partido y de todo lo que sucedió a lo largo de la jornada, era lógico que Srimanee se preocupara por su merecido descanso. “Estoy segura de que me despertaré alguna que otra vez a mitad de noche. Pero seguro que me duermo de puro agotamiento”, confiaba la tailandesa.

Lo cierto es que podría haber esperado unas horas antes de meterse en la cama, ya que ayer celebró su  cumpleaños 27, pero desafortunadamente no hubo tiempo para organizar una gran fiesta.

El mejor regalo de cumpleaños se lo hizo a sí misma en el duelo contra Costa de Marfil. El segundo tanto fue especialmente curioso, ya que su cabezazo golpeó la cara inferior del larguero y botó en el césped. “Yo sí que pensé que era gol, pero no estuve segura hasta que vi a la asistente levantar el banderín. Fue una sensación increíble”. (I)