La aparición de Lionel Messi, el 10 azulgrana, fue el desenlace de un duelo que hasta el minuto 77 ya había hecho méritos suficientes para quedar en la memoria colectiva como uno de los partidos de fútbol que marcan una época. Y con la exhibición del argentino parece no haber duda de que ese lugar ya lo tiene bien asegurado.

El periodista y escritor argentino Diego Fonseca lanzó una simple pregunta en su cuenta de Twitter: “Disculpen: ¿el partido de hoy lo soñé?”. Y es que lo que ocurrió sobre el césped del estadio Camp Nou pareció no ir de la mano del fútbol moderno. Fue un duelo táctico, de fútbol ofensivo, con dos planteamientos sumamente agresivos.

En algunos pasajes del partido pareció que los dos equipos se fusionaban en uno, y que 20 jugadores pasaban a ser 10 ocupando cada rincón del terreno de juego. 

El técnico del Bayern, Pep Guardiola, regresó a la que fue su casa durante más de 30 años para tratar de vencer al equipo que él moldeó, fiel a la única manera que tiene de entender el fútbol. “Tal como siento el fútbol, la mejor manera de atacar y defender es tener el balón”, dijo el DT español tras la derrota.

El técnico catalán se atrevió con un sistema ofensivo que fue modificando durante el partido. Arropado por la figura gigante del portero alemán Manuel Neuer, que paró dos grandes ocasiones del Barcelona en la primera parte (un mano a mano con Luis Suárez y una llegada de Dani Alves), pareció que había logrado domar al tridente sudamericano del Barcelona (Messi, el uruguayo Luis Suárez y el brasileño Neymar), pero no fue así.

En solo 3 minutos apareció su mayor creación, Lionel Messi, quien domina el mundo del fútbol desde 2008. “El mayor orden posible no puede contener al mejor jugador posible. Por fortuna, el fútbol sigue siendo de los jugadores”, sentenció el periodista del diario español El País, Diego Torres.

Posición compartida por el relator salvadoreño de la cadena ESPN Fernando Palomo: “El fútbol es de los futbolistas. Messi nos recuerda esto. Decide y define cuando puede. Quiere siempre y puede más que ninguno. La diferencia es que el Barça tiene a Messi”.

El estadístico Alexis Martín Tamayo, conocido como ‘MisterChip’ en las redes sociales, no ahorró en adjetivos para hablar de lo visto en el partido de ida de las semifinales de la Liga de Campeones: “Glorioso. Apoteósico. Sensacional. Maravilloso. Alucinante. Barça”.  

Para resaltar la acción del segundo gol de Messi, “hoy hemos visto un gol sobrenatural. Un gol para verlo mil veces y otras mil más. Seas del equipo que seas, disfrútalo. Esto es fútbol”, resaltó. 

El recorte que le hizo el argentino a Jerome Boateng antes de su definición con su pierna derecha -una sutil picada a la pelota para elevar el balón por encima de la ‘muralla’ de Neuer- dejó expuesto al defensor alemán al veredicto de las redes sociales. A los pocos minutos apareció la cuenta “Cadera de Boateng” en Twitter, que ya tiene más de 5.000 seguidores, y se multiplicaron los memes para burlarse del jugador.

Tal fue la actuación de Messi que un reconocido seguidor del Real Madrid, eterno rival del Barcelona, se rindió ante el argentino. “Lo de Messi es para quitarse el sombrero Chapeau!!!”, dijo el piloto español Carlos Sainz, doble campeón mundial de rally y ganador del Dakar.

El periodista catalán Ramón Besa destaca en su crónica para El País que el Bayern jugó “con la grandeza de los mejores, sin reparar en las ausencias de Robben y Ribery -sus figuras más desequilibrantes-, excelente en el juego colectivo, capaz de competir con el Barça”, hasta que apareció Messi como “una divinidad” para “destrozar la gran obra de Guardiola”. 

A esa conclusión también llegaron personalidades del mundo del balón, como el legendario futbolista inglés Gary Lineker. “Resistir la necesidad de alabar a Messi es difícil. Es el más grande, ¿alguien todavía lo discute? Es el Mesías”, terminó. (I)

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La lucha por la posesión fue constante 

El centrocampista del FC Barcelona Andrés Iniesta no tuvo problemas en admitir al final del duelo con el Bayern que se habían medido a un equipo muy parecido a ellos. Un partido que solo se desequilibró con la explosión de magia de Lionel Messi. “Sí, forman un equipo muy parecido al nuestro porque buscan esa posesión del balón y generar los espacios para crear superioridades”, dijo Iniesta.   

El centrocampista explicó que “intentamos tener más el control del balón, pero sabíamos que ellos también lo buscaban. La efectividad de los últimos minutos es lo que ha decantado el partido”.  

Un repaso a las estadísticas que facilita la UEFA corrobora aquello. La lucha por la posesión acabó en unas tablas favorables al Barça (51-49%) en el descanso, y del Bayern en el total final (45-55%).

También el número de pases intentados y completados fue menor por parte de ambos equipos: 369 Barça, 433 Bayern, próximos a la media del resto de los equipos de la competición (399 pases por partido) pero lejos de sus cifras (608 y 607 pases de promedio, respectivamente).

Es decir, se tuvieron que repartir el balón. Es más, ambos equipos reflejaron los matices que los distinguen: un Barça un tanto más vertical con el centro del campo Busquets-Rakitic-Iniesta y la delantera Messi-Suárez-Neymar y un Bayern con un punto más de pausa y elaboración con Thiago Alcántara, Philipp Lham y Xabi Alonso marcando el ‘tempo’ de juego.

Así, el desequilibrio estuvo en la ausencia de Ribery y Robben, pero, sobre todo en la presencia de Leo Messi, autor de dos golazos y una asistencia definitiva para la eliminatoria y el 3-0.

De hecho, el Bayern jugó bien, dominó muchas fases del partido, pero casi no tuvo presencia en el área de Marc-André ter Stegen. En cambio el Barcelona generó muchas más ocasiones y exigió en varias  a Manuel Neuer.(I)