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El Telégrafo

Cómplices de la línea lateral

Cómplices de la línea lateral
31 de mayo de 2016 - 00:00 - Claudio Campos, entrenador de fútbol

En los engranajes de cualquier estructura hay piezas fundamentales y secundarias, pero esto no significa que tengan menos importancia dentro del funcionamiento general. Los equipos de fútbol se forman de múltiples eslabones que colaboran para que todo el conjunto tenga un equilibrio. Los análisis futbolísticos normalmente recaen en aquellas piezas que gozan la denominación de principales, situación que no está alejada de la realidad, pero sí que es injusta porque para que un líder dentro del campo de juego se destaque es imprescindible que los ‘peones’ realicen su labor a rajatabla. En esta aventura que voy a iniciar, pondré la lupa sobre una posición que por las evoluciones tácticas ha comenzado a desaparecer para algunos entrenadores, pero a mi gusto y entender nunca perderá protagonismo porque para graficarlo de alguna manera es como quitarle una pata a una mesa. Esos son los laterales. Las últimas décadas han llegado con nuevos términos como laterales volantes, una mezcla tentadora, pero que la vez, si no es realizada en su máxima expresión, puede ser una desagradable insinuación que no es ni una cosa ni la otra. Para que esta teoría se exprese se deben conjugar muchas peculiaridades en un solo jugador,   comenzando por aspectos físicos idóneos en una labor que se asemeja demasiado a los pistones de un motor. Para darle vida a esta idea voy a nombrar a Javier Zanetti como un gran ejemplo de virtuosismo ofensivo sumado a una inteligencia táctica asombrosa sin dejar de nombrar el innegociable primer concepto de la posición que es marcar. El legendario jugador argentino trajinó el sector derecho de sus equipos con total libertad y espacios suficientes porque demostró congeniar todas esas virtudes difíciles de encontrar en un solo elemento. Hoy las exigencias técnicas son elevadísimas, a tal punto que los controles orientados, capacidades físicas y lectura del juego son solo algunos de los puntos que debe manejar un lateral categoría élite. Los brasileros históricamente han disfrutado en sus filas de especialistas como Roberto Carlos, Cafú, para nombrar a un par recalando en la actualidad en Marcelo y Dani Álvez, deportistas finos y de un potencial inmenso que, aparte de laborar por los intereses de sus equipos deleitan a los amantes de este juego. El mítico Barcelona de España hace ya casi diez años viene marcando una época de revolución dentro del fútbol, pero me atrevo a aseverar que ese equipo donde resaltan muchas estrellas expone su mejor versión cuando el crack brasilero tiene una jornada iluminada, situación que increíblemente Messi utiliza siempre como su mejor socio para gestar sus arremetidas, ya que vuelca el juego hacia ese sector porque comprende que su compañero habla el mismo idioma sintiéndose más que cómodo a su lado; paradójicamente, la relación se repite en el Real Madrid, que sin lugar a dudas planifica toda su elaboración para que Cristiano Ronaldo, el astro portugués, finalice la idea ofensiva con todo su caudal y potencia por el sector, con el gran atenuante de que este imperiosamente solicita el apoyo de Marcelo a sus espaldas que cuando pasa al ataque casi siempre ocasiona los espacios pertinentes que el luso aprovecha y exprime  en su totalidad. La realidad nos marca que las evoluciones tácticas van de la mano de aspectos técnicos y físicos en un deporte que hoy se diferencia solo en materia económica y de intenciones futbolísticas que están simplemente ligadas a los presupuestos de los clubes y al paladar de cada entrenador. Estos peones -en el buen sentido de la palabra- son nada más y nada menos que el equilibrio de cualquier defensa, ya que se convierten cuando el balón viene por su sector en los comandantes e iniciadores de la presión por la conquista de lo más preciado; y en el lado inverso del ensamble, en los celadores de la última línea con obligaciones determinantes sumado al desahogo ineludible que todo equipo necesita tener cuando atesora la pelota y la mueve en busca de llegar al fondo de las entrañas del rival.

Los laterales fueron siempre importantes, pero hoy, por las evoluciones demostradas, se han convertido en esenciales. (O)

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