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El Telégrafo
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Nuevos estilos de paternidad se imponen en esta era

Nuevos estilos de paternidad se imponen en esta era
21 de junio de 2015 - 00:00

Cuando se trata de asumir su rol, los padres actuales no siempre están dispuestos a seguir al pie de la letra el modelo que les legaron sus mayores. Esos patrones, con cierta regularidad, solían estar asociados a la fuerza y al autoritarismo extremo. Bajo este modelo, los hijos no tenían otra opción que obedecer por temor al castigo.

El miedo, que reinaba en muchos hogares, contribuyó a crear hijos e hijas sumisos, pero, sobre todo, temerosos. Los padres de antaño, aunque hay muchos que todavía reproducen el modelo autoritario, suelen prestar poca atención a las necesidades de sus hijos y sus reglas no pueden ser cuestionas ni negociadas.

Con el tiempo, estos modelos han dado paso a un estilo más democrático. Aunque atienden las necesidades de sus hijos, son capaces de promover la comunicación familiar y respetar los derechos de sus hijos como los propios. Los padres democráticos explican a sus hijos los motivos de las normas que establecen y las negocian con ellos. Cuando los padres actúan de esta manera se favorece la autonomía del niño, ya que el progenitor emplea un estilo comunicativo efectivo, según lo advierte un estudio publicado en la edición digital de la BBC de Londres. En este estilo se da prioridad a una comunicación horizontal.

Si se aspira a una buena relación con los hijos hay que aceptarlos y no tratar de cambiarlos.

El monje budista, Jack Komfield, autor de varias obras, advierte que el padre debe mirar a su descendiente como a alguien que va en su mismo barco y que se enfrenta a las mismas cuestiones que ellos se plantearon a su edad.

Por eso, cuando ellos exponen sus razones, muchas veces solo tratan de definir quiénes son. Con cierta frecuencia, nos preguntamos si es útil el modo masculino de criar a los niños para fomentar su desarrollo y su crecimiento personal.

A la hora de educarlos, cada padre impone su estilo.

De acuerdo con el libro Corazón de padre, el modo masculino de educar, del investigador Osvaldo Poli, existen rasgos distintivos del hombre a la hora de educar y de relacionarse con sus hijos.

“Los padres, en realidad, establecen un diálogo más directo y sobrio con sus hijos”, advierte Poli. Con el tiempo, los valores familiares se han transformado de manera drástica, lo que ha provocado una evolución en los roles paternos. Algunos psicólogos señalan que pasamos de unos padres extremadamente exigentes a otros permisivos e incluso ‘obedientes’ con hijos tiranos. Estos últimos se rigen por la ley del mínimo esfuerzo.

Para el psicólogo ecuatoriano Luis Emilio Eguiguren los padres deben tratar de lograr un equilibrio en la relación que establecen con los hijos. “Es necesario que haya un nivel de autoridad, sin autoritarismo, y también un nivel de permisividad”.

El especialista también indica que, en muchos casos, se ha malentendido el término de ‘amistad’. “Hay papás que vienen a mi consulta y me dicen: ‘Es que somos amigos con mis hijos’, pero eso no significa que podemos ir a tomar unos tragos juntos”.

Por eso, este psicólogo es partidario de establecer ciertos límites, donde estén claros los roles de padres e hijos. “Puede existir una relación de la amistad, pero relacionada con un respaldo moral.

El poder acudir al padre ante un problema o una necesidad y sentir su apoyo es vital, porque se convierte en un respaldo”. Eguiguren considera que hay un discurso generalizado que enfatiza en el tema de los derechos.

“Hay casos de muchachos que llegan a su casa y les advierten a los padres que no les digan nada, porque ellos tienen derechos. Hacen mucho énfasis en el tema de los derechos y dejan de lado las obligaciones”.

Para evitar conflictos con los hijos e hijas, muchos papás han decidido ceder y se han convertido en padres permisivos, pero esa actitud también tiene consecuencias, porque, sin anticiparlo, crían hijos impulsivos e inmaduros con dificultades para asumir responsabilidades e indisciplinados ante cualquier figura de autoridad.

Por lo general, los padres permisivos no siempre comprenden que para tener éxito en la vida es fundamental un sentido de responsabilidad.

En muchos casos, los padres permisivos “tiran la toalla” con facilidad y dejan prácticamente que sus hijos se conviertan en tiranos. De hecho, cuando el padre no asume su lugar desde una posición clara, dice Eguiguren, los hijos pueden llegar a desorientarse. En su afán de adoptar un rol alejado de una imagen severa y apostar por ser amigos, los padres han renunciado a poner las mínimas distancias en las relaciones con los hijos e incluso les resulta complicado determinar reglas de juego mínimas.

Padres ‘intocables’

Ramiro Andrade, historiador, recuerda que sus abuelos tenían un estilo de ser padres que dista mucho del modelo que han adoptado los más jóvenes. “Antes no había ningún cuestionamiento a la autoridad paterna. El padre era intocable y punto. Con esa imagen crecimos muchos”.

En muchas familias —dice él— todavía se trata a los padres de usted e, incluso, cuando ellos están hablando nadie los puede interrumpir. Este historiador explica que su padre también heredó este modelo de sus abuelos. Recuerda que bastaba una mirada de su papá para saber que él reprobaba su comportamiento.

“Su mirada era como un dardo; no necesitaba pronunciar una palabra para que yo entendiera que había cometido un error”. Aunque su padre está convencido de que esta ha sido la mejor forma de ejercer el rol paterno, Andrade considera que ese modelo, a veces demasiado autoritario, lo distanció de su progenitor, porque nunca se estableció un puente entre él y su progenitor, debido al ‘respeto’ que debía mantenerse.

Este rol —dice él— ha cambiado con las nuevas generaciones. De hecho, los padres más jóvenes, entre los 25 y 30 años, en ocasiones, no tienen la más mínima idea de cómo asumir su rol, como lo señala un artículo publicado por la investigadora argentina Albertina Marquestau, quien señala que, estos papás veinteañeros nunca pueden descifrar qué le pasa a sus hijos y, por lo tanto, tampoco saben poner límites.

También están los padres que sobrepasan los 35 años y bordean los 45, que a veces, pueden llegar a convertirse en padres ausentes, porque consideran que es mejor establecer una relación fraterna con los hijos con los que son amigos o pares. Todavía hay mucho miedo de los padres posmodernos a decirles no a los hijos.

Cuando esto ocurre, terminan adaptándose a ellos e incluso sometiéndose a sus caprichos. El mayor problema es que este estilo de papás no se da cuenta de que pasaron de obedecer a sus padres a obedecer a sus hijos, a los cuales todo les facilitan.

En realidad, todos los padres son diferentes entre sí y por eso sería difícil encontrar 2 estilos iguales. Siempre habrá unos más afectuosos, otros más estrictos y quizás algunos más controladores. La manera de combinar estas actitudes es lo que muchos psicólogos llaman estilos educativos. (ARB)

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