La transformación de la arcilla a la cerámica es un trabajo que el Grupo Artesanal Esperanza Negra (GAEN) desarrolla desde hace varios años en la localidad de Mascarilla.

Esta población afroecuatoriana, que pertenece al cantón Mira, se asienta en el sector del Valle del Chota, cerca del límite entre Imbabura y Carchi. Allí, alrededor de 11 familias emprendieron la tarea de dar a conocer su cultura, a través de la elaboración de máscaras, collares, jarrones. Esta actividad les permite ganarse la vida, pues su economía no es la mejor.

De acuerdo con Jaidy Lara, miembro de este grupo, esta iniciativa se puso en marcha en 1998, cuando un antropólogo belga enseñó a la comunidad la técnica y conocimiento del moldeado de arcilla. “Nos organizamos y pudimos sacar provecho de esta materia prima”.

A partir de 2003 trabajan en el proyecto Revitalización Cultural, por medio del cual fue posible conformar varios grupos dentro de la comunidad y del Valle del Chota, en particular en Carpuela, Apaquí y San Juan de Lachas. En estos poblados también elaboran artesanías para exhibirlas en sus comunidades.

El Grupo Artesanal Esperanza Negra, ubicado en Mascarilla, también trabaja en el campo de las artesanías, las cuales se exponen en una tienda de arte negro que fue construida con el apoyo de organizaciones no gubernamentales italianas, autogestión y el apoyo de la Prefectura del Carchi y el Municipio de Mira.

Para Lara es necesario que las autoridades brinden más apoyo a estas iniciativas. “Todavía falta mucha gente que tiene que conocer nuestra cultura”. Las familias que pertenecen a este grupo artesanal no acumulan los objetos que elaboran. Cuando la tienda artesanal tiene ya un stock de productos, detienen la confección hasta que se venda la mayoría de ellos.

“Vasaliendo el producto y vamos trabajando. No tenemos un tiempo establecido para hacer las máscaras”. Cada familia elabora un estimado de 50 a 60 máscaras que se exhiben para la venta en la tienda, una construcción de ladrillo visto y madera donde las paredes son los estantes para presentar los trabajos de las hábiles manos artesanas. Ninguno de los productos es igual a otro.

El local es visitado por estudiantes de colegios y universidades, pero entre sus clientes también hay extranjeros. Los precios son módicos: un llavero cuesta $ 2 y una máscara alrededor de $ 60. El proceso de elaboración no es sencillo. Los artesanos deben recolectar primero la arcilla, luego aplastarla y tamizarla. El siguiente paso es convertirla en una masa homogénea similar a la de pan. Cuando la arcilla está lista, cada uno le imprime su sello. Es un oficio que exige mucha creatividad.

Cuando la máscara está terminada, la dejan secar al ambiente. En ocasiones, puede tardar de 2 a 3 días. Enseguida la colocan dentro de un horno de leña para el cocido. Por último, le aplican betún para darle un aspecto de madera.

El 10% de las ventas se destina a la organización y el valor restante se distribuye entre las familias. Lara explica que su vida ha cambiado desde que se dedica a esta actividad. Ahora cuenta con un ingreso económico que le permite solventar los gastos de salud y educación de sus hijos.

Meses atrás, la Infanta Elena, hija del abdicado rey Juan Carlos de España, visitó la población de Mascarilla. Ella recorrió el sector con el fin de conocer la acción social de la Fundación Mapfre.

Nunca imaginó que en esta región se elaboraban estos objetos de arcilla. “Ella se fue feliz, porque no solo vio la artesanía negra, sino que disfrutó con la danza, la música y la gastronomía de nuestra población”. Erlyn Acosta, otra integrante del Grupo Artesanal Esperanza Negra comenta que es importante ser parte de esta iniciativa. Hace algunos años desconocían su historia, no sabían de dónde venían ni cómo llegaron a sector.

Ahora se interesan por investigar su origen y a quienes adquieren las máscaras les dan una explicación de la cultura afroecuatoriana. En un video de la asociación GAEN, el antropólogo belga señala que con el proyecto se convierten en constructores de la memoria del pueblo negro.

La tienda de arte negro atiende de lunes a domingo, a cualquier hora. Siempre hay una persona de turno que atiende a los clientes. Además, en la puerta se exhibe una lista en la que se detallan los números telefónicos de los diferentes artesanos.