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El Telégrafo
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Día y noche con el Whatsapp

En febrero del año pasado, Facebook adquirió este servicio por $ 16.000 millones. Esta herramienta está disponible para los sistemas operativos iOS, Android y Windows Phone, entre otros.
En febrero del año pasado, Facebook adquirió este servicio por $ 16.000 millones. Esta herramienta está disponible para los sistemas operativos iOS, Android y Windows Phone, entre otros.
26 de octubre de 2014 - 00:00

Es su primer whatsapp de la mañana. Aún no ha desayunado, pero ya está conectada con sus amigas. Desde que descargó esta aplicación en su celular, hace más de un año, no ha pasado un solo día sin que Leticia Lamarão envíe o responda mensajes. Para esta brasileña, este servicio no solo es imprescindible, sino adictivo. “Creo que realmente dependo del ‘WhatsApp’. Incluso el fin de semana, cuando no estoy en el trabajo, lo utilizo todo el tiempo”.

El uso intensivo de esta aplicación creada para enviar y recibir mensajes, a través de Internet, de manera gratuita, conlleva ciertos riesgos, como volverse adicto a este servicio. Una investigación realizada por el Departamento de Psicología de la Universidad del País Vasco advierte que aquellas personas que no dejan de consultar el teléfono celular de forma constante y pierden el hilo de una conversación por responder mensajes, ya tienen un problema de adicción.

Según el estudio, el no ver la cara de la otra persona hace que los usuarios del ‘WhatsApp’, una herramienta de mensajería instantánea, se “lancen a la piscina y se sumerjan en reflexiones más intensas y, muchas veces, interminables”. Los autores de la investigación ponen como ejemplo a los usuarios que son capaces de escribir 40 mensajes entre las 22:00 y las 02:00 de la madrugada, una anomalía que altera el transcurso normal de la vida.

Leticia confiesa que en una ocasión olvidó el celular en casa y prácticamente tuvo una crisis de ansiedad durante su jornada laboral. “Tenía una sensación de angustia. Sin querer buscaba en el bolsillo de la chaqueta para tomar el teléfono y me acordaba de que lo había dejado en casa”. Cuando el sonido del móvil revela que ha entrado un nuevo whatsapp, no puede evitarlo y toma el celular para revisar el mensaje. La conversación se interrumpe y ella intenta retomarla: ¿En qué estábamos?.

A principios de este año, la revista Lancet, una de las más reconocidas en el mundo de la Medicina, publicó el primer caso de whatsappitis en el mundo, una dolencia parecida a la tendinitis, causada por el chateo exagerado, a través de aplicaciones para teléfonos inteligentes, como el ‘WhatsApp’. Esta dolencia la sufrió una mujer de 34 años que llegó a urgencias quejándose de una molestia en ambas muñecas. Al elaborar la historia clínica, la paciente admitió haber pasado mucho tiempo respondiendo mensajes de Navidad, a través de esta aplicación. Este caso demostró que el uso excesivo y por tiempo prolongado de aplicaciones para chatear con los pulgares genera problemas con los extensores de los dedos.

Carolina Pacheco nunca se ha detenido a pensar en la dependencia que podría generar el uso frecuente de esta herramienta. “No puedo negar que lo utilizo todo el día, desde que amanece, tipo 06:00, hasta las 23:00”. Cuando los mensajes provienen de algún familiar, de su novio o del jefe, interrumpe cualquier tarea o conversación para contestarlos. Es un acto casi involuntario. Aunque lo intentara —admite— no podría prescindir de este programa, porque, según advierte, es parte de la vida cotidiana. “Si volviera a los SMS (mensajes cortos) gastaría más dinero, porque estos no están incluidos en mi plan. Tampoco resulta lo mismo recurrir al chat del Facebook”. Comunicarse a través del ‘WhatsApp’ no está mal, el problema es cuando las personas abusan de esta herramienta al punto de abandonar otras actividades que pueden enriquecer su diario vivir.

La ecuatoriana María Victoria González, psicóloga clínica, advierte que el uso intensivo de esta herramienta sí puede generar adicción, aunque los usuarios digan lo contrario. “Lo que más preocupa es que al estar tanto tiempo pendientes de los mensajes, dejamos en un segundo plano las relaciones interpersonales, como el conversar cara a cara”. La especialista considera, además, que los jóvenes son más proclives a generar mayor dependencia, sobre todo, porque están más familiarizados con la tecnología. “Para ellos es muy natural, a los mayores les cuesta un poco más”. María Victoria dice que los padres están llamados a evitar que el uso de esta herramienta interfiera en otras actividades, en particular, si son familiares.

María Campoverde recibe más de 100 mensajes al día, algunos ingresan mientras está en su trabajo, incluso durante reuniones laborales. Cuando está con sus amigos, los mensajes con frecuencia, no siempre son bien recibidos, sobre todo, cuando interrumpen una buena conversación. Por eso, más de una vez, sus amigos le han pedido que lo apague. Para esta joven, el ‘WhatsApp’ puede generar dependencia, pero para ella es, sobre todo, una herramienta de trabajo, un gran invento, porque facilita la interacción e intercambio de información en tiempo real. En España, un investigador publicó un estudio al que denominó La Comunicación del Alumnado a través del WhatsApp.

La investigación advierte que hay mucha gente que se concentra estudiando con música. Eso significa que también hay alumnos que están wasapeando y, al mismo tiempo, pueden atender a clases.

Sin embargo, según el estudio, si atienden a 2 cosas al mismo tiempo la concentración no es la misma. “Es necesario seguir investigando y estudiando este tema porque tiene difícil solución puesto que hay que predicar con el ejemplo. Y si esto lo hacemos los adultos, ¿qué le vamos a pedir a un joven de 15 años?”, se advierte en una parte de la investigación.

Luis Andrade era un asiduo usuario de esta herramienta. No podía prescindir de ella ni por un día, pero desde que comenzó a sentirse aislado de sus amigos y familiares tomó cartas en el asunto. Redujo el tiempo que dedicaba a contestar mensajes y los fines de semana apaga el teléfono. “Me parece que muchas personas andan por allí agobiados respondiendo mensajes. Yo me liberé”.

ESPECIALISTA

Hay aplicaciones más seguras que el ‘WhatsApp’

“Hoy en día, existen otros servicios más seguros que el ‘WhatsApp’, por ejemplo ‘Telegram’, que tienen la opción de crear una sala de chat. Incluso se puede activar la autodestrucción de los mensajes. Sin embargo, en lugar de hablar sobre las debilidades del ‘WhatsApp’, prefiero referirme a las funcionalidades que no posee y que otros servicios sí brindan: llamadas de voz, llamadas de video y uso de stickers, entre las más relevantes. Básicamente este servicio de mensajería al igual que otros debe afectar positivamente nuestra vida personal. Si hacemos un símil con el teléfono, la televisión, Internet, en su respectiva época, podríamos decir que no nos dejarían descansar. Todo depende del uso que cada persona le dedique.

Marco Jarrín, director de Omnisoft, empresa de tecnología y desarrollo

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