El que persevera alcanza. Es el adagio que describe al músico Francisco Echeverría, quien hoy celebra 31 años de carrera dedicadas al jazz, lo que supone una tarea titánica que le dio a probar las mieles y sinsabores del argot musical en Guayaquil.

Como en la mayoría de los casos, se inclinó por la música cuando era un adolescente y estudiante del Instituto Nacional, en donde creó una banda de rock llamada Fai People, con la que se presentaba en todos los festivales que podía.

Paralelamente se involucró en las artes marciales. Acudía a entrenar sin que su mamá lo supiera, puesto que ella creía que iba al coro del colegio. Echeverría se puso a las órdenes de René David Villacís, alumno del maestro Kcowa, quien trajo al Ecuador el estilo hung gar de kung fu, disciplina que se basa en posiciones bajas de gran potencia y ejercicios isométricos de respiración.

Las artes marciales le han dado a este músico grandes satisfacciones al ganar varios torneos nacionales que le valieron una certificación internacional por la World Traditional Kung Fu Organization, en Nueva York, y su posterior ingreso  al Salón de la Fama Latinoamericano de dicha organización.

A los 20 años se convirtió en padre y tuvo que buscar trabajo para mantener a su nueva familia.

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Lo aceptaron como músico en el Unipark Hotel y tuvo que cambiar a sus bandas favoritas Yes y Led Zeppelin por la música de reconocidos jazzistas, como Bill Evans, Chick Corea, Wynton Kelly, Coltrane, Mac Davis y Clifford Brown, a quienes estudió de forma autodidacta para adentrarse en el jazz.

“En ese entonces era muy poco el jazz que se hacía en Guayaquil. A todo el mundo le encargaba que me manden discos, libros y videos de estos músicos para practicar y conocer más. No había escuelas de jazz como hay ahora. La ventaja de estudiar por tu cuenta es que tienes pasión y le metes ganas, pero lamentablemente sí hace falta la guía de un maestro. Sin embargo, no me fue tan mal y conseguí hacer del jazz una carrera”.

Admite que encontró en esta música su verdadera pasión. La escucha todos los días, en la noche o en la mañana y hasta cuando conduce su vehículo. “Conozco mucho sobre este género y he escuchado de todo, pero tengo 51 años y aún me falta mucho por conocer porque el jazz es muy amplio y rico a la vez. Una vida no me alcanza”.

Después de su trabajo en el Unipark Hotel le siguieron otros en el Hotel Continental, Oro Verde y el Hilton Colón, en el que labora en la actualidad. Paralelamente se dedicó a la difusión del jazz en la ciudad como gestor y emprendió varios festivales y programas como ‘The Jazz Project Academy’ y ‘Guayaquil International Jazz Festival’.  

Fue director de Guayaquil Jazz Project y fundó América Latina Jazz Network. Durante seis años colaboró con José Luis Calderón en la producción y locución del programa ‘Apasionados por el jazz’, de WQ Radio. “Creo que la gente me conoce más como gestor que como músico, pero ambas cosas me apasionan porque ahora puedo enseñar lo que sé a las nuevas generaciones. La movida del jazz en Guayaquil es bien grande y hay más facilidades”.

Es por eso que Francisco Echeverría celebra sus 31 años de carrera y 51 de vida con un concierto denominado ‘31/51’, en el que -además del jazz- incluirá temas en bossa nova, bolero, baladas y música disco.

La cita es esta noche, a partir de las 20:30, en la Sala Zaruma del Teatro Sánchez Aguilar, en donde intervendrán cantantes como Jenny Villafuerte, Anna Bonnet, Freddy Navas y Rochi Vernaza.

Datos

Participó en el Festival Internacional Quito 2006 representando a Ecuador; en agosto del mismo año cerró el Segundo Festival de New Orleans.

En 2009 integró el Comité de Selección del Premio a la Composición de Música Contemporánea ‘Luis Humberto Salgado’ (Ministerio de Cultura del Ecuador).

Ha participado en sesiones junto a Felipe Fournier, Mario Lino Fernández, Alberto Martínez, Drew Salperto, Carlos Aguirre, Bob Dorough, Marcus Printup, entre otros.  

Desde 2012 es miembro fundador y parte del Consejo Directivo de The Jazz Society of Ecuador, órgano encargado de difundir actividades y agrupar a los exponentes de jazz en nuestro país. En septiembre 2012 viajó a la ciudad de Nueva York, donde realizó presentaciones en el AnyWay Café y Morgan’s Studio de Manhattan.