El invitado que tuvo la tercera jornada del Festival de la Canción en Viña del Mar terminó siendo más especial que el mismo Luis Miguel. Esta vez, se trataba del cantante británico Morrissey, quien impuso sus reglas para lo que fue su presentación que duró 70 minutos.

Minutos antes de aparecer el ex líder de la banda The Smiths exigió que suspendieran la clásica competencia folclórica del festival, para subir al escenario de la Quinta Vergara antes de la una de la madrugada, como estipuló la cláusula de contrato. Y así lo hizo, vestido con una camisa roja brillante y pantalón negro saltó a escena acompañado de sus músicos.

El comportamiento del artista provocó la molestia del jurado del concurso, que se ausentó durante su concierto como medida de protesta. Mientras que el único integrante que quedó en el palco fue expulsado por orden del cantante, según medios locales.

Al término de su presentación, con la que repasó sus más de 20 años de carrera en solitario y desempolvó algunos temas del grupo que integró, Morrissey desapareció del escenario sin permitir que el “Monstruo” le otorgara las tradicionales antorchas y gaviotas, que en cada jornada  reciben los invitados del festival, como muestra de que su show fue de su agrado.

De hecho, los presentadores del certamen, Rafael Araneda y Eva Gómez, salieron a dar explicaciones y justificar la actitud del cantante al decir que por “expreso deseo del artista, no hubo interrupciones ni premios, dinámicas típicas de todas las noches”.

Contrario a Morrissey, sin ninguna pretensión el cantante italiano Salvatore Adamo, quien tiene más de 50 años de carrera musical, dio la apertura en el tercer día del festival al poner la nota romántica. 

Su sobria actuación motivó que el público coreara sus canciones y lo premiara con dos antorchas y una gaviota. Esta noche Luis Fonsi, Rosana y Prince Royce propondrán sus canciones en el festival.