La candidatura del aspirante a la Presidencia de la República por Alianza PAIS (AP), Lenín Moreno, registró un descenso desde agosto de 2016, cuando estaba en el 54% de aceptación, pero en los últimos dos meses se ha estabilizado y actualmente se ubica en el 35%. Mientras que la de Guillermo Lasso, de CREO, se ha mantenido en el 17% y Cynthia Viteri, de PSC, ha subido hasta el 14%.

Así lo indicó Paulina Recalde, gerente general de la encuestadora Perfiles de opinión, en entrevista con el programa Enclave política, producido por Telesur y EL TELÉGRAFO. Recalde explicó que la campaña de AP inició con un periodo de incertidumbre “en el que las miradas seguían en el presidente Rafael Correa, luego la posibilidad de que el candidato fuera Jorge Glas o Lenin Moreno”.

La analista explicó que el actual proceso electoral es de transición, en la medida en que quien ha gobernado al país durante 10 años ya no es candidato. “Y un periodo de transición siempre genera mudanza, incertidumbre. Por eso en este momento la cuestión es cuánto de la votación histórica de AP, que ha estado en el 30% como base, logra mantenerse con Moreno y cuánto suma el actual candidato”.

Y en segundo lugar, dijo, “qué pasa con los candidatos de oposición, si cada uno logra mantener su poder o se canibaliza esta votación, que era una de las incertidumbres cuando se creó la Unidad”.

Según Recalde, históricamente Ecuador ha tenido un clivaje regional, el cual fue roto por AP que logró un anclaje nacional. “Está en cuestión si se mantiene este anclaje nacional, si Lasso ha construido en estos años y si (Cynthia) Viteri y (Paco) Moncayo pueden salir de su cantón histórico (Moncayo en Quito y Viteri en Guayaquil) para lograr una cobertura nacional”.

La gerente de Perfiles de Opinión consideró también que surge una hipótesis de un voto útil, que es votar por aquel que está en segundo lugar para provocar una segunda vuelta. “Eso significa que ninguna candidatura (por el segundo puesto) ha logrado seducir lo suficiente como para que aquella votación vaya por ellos, por sus atributos, y no por ese voto útil”.

Señaló también que en años anteriores el proceso electoral se organizaba en torno al correísmo y anticorreísmo. Ahora que Correa no es candidato, se organiza en torno al cambio y continuidad. “Pero eso no genera suficiente para que el electorado se incline por alguna de estas propuestas”. (I)