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Violencia, confusión y miedo: la estrategia electoral en redes sociales de algunas candidaturas

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07 de enero de 2021 - 00:00 - Redacción Política

Las campañas sucias en épocas electorales no son nuevas, solo que como casi todo en esta época se han trasladado y tienen su gran disputa en el espacio virtual: las redes sociales.

 

Nada de lo que sucede allí es improvisado. Son equipos coordinados que trabajan en tareas específicas, con fines particulares: generar incertidumbre, dañar la figura de blancos políticos y promover la imagen y mensaje de sus candidatos.

 

El correísmo lleva años de ventaja en el trabajo de esta maquinaria de desconocido financiamiento. Desde el 2016 el mismo presidente de la República de aquel entonces -hoy sentenciado por corrupción- Rafael Correa, almorzó en el Palacio de Carondelet con un grupo de “guerreros digitales”. Desde entonces, aquellos que se mostraban contrarios a las tesis del régimen eran perseguidos e insultados por hordas de anónimos usuarios digitales.

 

Sin embargo, este modelo de armar ejércitos de sicarios virtuales, difusores de noticias falsas, trolls o insultadores no es exclusivo del correísmo; hay rastros de un trabajo articulado desde otros sectores, movimientos y posiciones políticas.

 

Operación

 

El tratamiento es específico en el caso de la propaganda digital correísta, por ejemplo, depende del tipo de mensaje que se quiera difundir. Si se busca dar la forma de una noticia seria, se aloja el artículo en plataformas como Ruta Krítica, Pichincha Comunicaciones, Confirmado Net, entre otras. En estos portales, las noticias falsas se mezclan con otras amarillistas, tendenciosas y otras imparciales.

 

Si el material es un meme, un video, o afirmaciones sueltas, como que se privatizará el Banco Central, se elevará el monto de las aportaciones al IESS, o en Ecuador está la nueva cepa del coronavirus, Lenín Moreno, apoyará a Guillermo Lasso en una segunda vuelta; o se usa el dinero de las reservas bancarias para una campaña política, o cualquier afirmación escandalosa y sin sustento, como estas, se suben directamente a las redes sociales, y se crean frases para hacer tendencias (hashtag), como #ElPeorPresidenteDeLaHistoria o #ElPeorGobiernoDeLaHistoria.  

 

Una vez ahí, comienza el trabajo de hormiga. La difusión de estas publicaciones, declaraciones, memes o videos se la hace a través de plataformas como WhathsApp, Telegram o grupos de Facebook.

 

Por ejemplo, el 4 de enero pasado, se publicó en el portal Pichincha Comunicaciones una noticia en la que se afirmaba que la propuesta del movimiento CREO para alcanzar la Presidencia de la República es privatizar la administración de la Salud Pública. Este enlace fue compartido en el grupo de Telegram denominado: “MashiRafael-Comunidad” por el usuario César Tranquilli; mientras en Twitter por la cuenta @MashiRafael.

 

El 6 de enero, el activista de la Revolución Ciudadana, gerente de Pichincha Comunicaciones, reportero de Telesur y exdirector de El Telégrafo (en la época correísta), Orlando Pérez, compartió en este mismo grupo  de 2.274 integrantes, una publicación de Ruta Krítica donde preguntaba si el viaje del Primer Mandatario ecuatoriano a Washington era para establecer su residencia ahí o negociar su silencio e impunidad, como Jamil Mahuad (exmandatario ecuatoriano). En su mensaje convocaba a pensar mal para acertar.  

 

El usuario Rafael Correa compartió una convocatoria para el 6 de enero desde las 10:00 para activarse en redes sociales con el mensaje #AzuayEs1. En Twitter, cinco horas después el mensaje todavía era tendencia en varias zonas del Ecuador.

 

El 5 de enero Pérez compartió un artículo de Ruta Krítica en el que se concluye, prácticamente, que la directora de diario El Telégrafo es merecedora de ataques e insultos en redes sociales por publicar casos de corrupción del expresidente.

 

Al día, normalmente, se pueden compartir más de 200 mensajes de este tipo en este grupo de Telegram. La tónica es la desinformación, mensajes alarmantes, ataques a contrarios, desacreditación y propaganda proselitista. Esta misma mecánica se repite en diversas plataformas. En Facebook, Twitter, Telegram y WhatsApp (ver gráfico).

 

Para la magister en comunicación y experta en el escenario digital, Daniela Ruiz, el uso de noticias falsas, que generan indignación y repudio hacia la misma política, es un tema preocupante. “El campo que van ganando las noticias falsas en la opinión pública nos lleva a un despeñadero, pues al final en las urnas se evidenciarán los despojos de una debilitada democracia, basada en engaños”, señaló.

 

El director del medio digital de investigación Código Vidrio, Arturo Torres, cree que es fundamental que se transparente el financiamiento de las campañas: ahí están los compromisos que influirán en el próximo Gobierno. “El talón de Aquiles del Consejo Nacional Electoral es su limitada capacidad de identificar de dónde y en qué cantidades vienen los financiamientos de campaña. Es evidente que los candidatos que no cuentan con una estructura armada en redes sociales están en desventaja respecto de este aparataje que opera y funciona”.

 

Los montos de inversión en redes sociales son muy difíciles de rastrear y controlar porque no solo se invierte en pautar difusión en Facebook o Twitter, sino que se invierte en la elaboración de los mensajes, los videos, la parte creativa y los equipos de difusión, que por lo visto, pueden ser gigantes y muy difíciles de rastrear.

 

Torres señala que incluso para las autoridades judiciales esta tarea de control ha resultado compleja. “A mediados del año pasado Facebook cerró 41 cuentas y 77 páginas relacionadas con el correísmo. ¿Qué papel tuvo el exfuncionario público Roberto Wohlgemuth? ¿Se usaron fondos públicos para crear estos ejércitos de trolls? No lo sabemos con exactitud”.

 

Ruth Hidalgo,  directora Ejecutiva de la Corporación Participación Ciudadana, afirma que es preocupante el nivel de violencia que generan estos troll centers. “Están minando la confianza en la institucionalidad, pero además se deja de debatir los asuntos importantes del quehacer social y se llevan los temas al campo del improperio y el insulto, y en este juego perdemos todos” . 

 

Ruiz señala que los ataques tienen diferentes matices respecto del género del objetivo atacado. “Cuando se violenta a un hombre se lo ataca por su inteligencia, por su trabajo, o su capacidad profesional. Pero cuando se ataca a una mujer se lo hace por su físico, por su vida sentimental, por sus relaciones amorosas, por su vestimenta, etc. El ataque tiene una única tendencia: al hombre se lo tacha de incapaz, inútil, ignorante, pero a la mujer se la tacha de puta o fea”.

Los activistas en redes sociales seguirán compartiendo noticias falsas y ensuciando el sistema de la democracia y participación, llevándolo al escenario del insulto y la descalificación. Sin embargo, como ciudadanía, es posible verificar las noticias antes de compartirlas, acudir a las fuentes oficiales o medios de comunicación serios, para así dejar de hacerle el juego a los sicarios digitales.

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