Algunas cadenas de televisión de grandes potencias y corresponsales de los periódicos más importantes del mundo están estos días en Ecuador. El interés obvio es cubrir las elecciones del próximo domingo. Y tienen mucho interés por el resultado, dadas las especulaciones y el manejo muy poco profesional de algunos medios locales que tienen eco en el exterior. En varias charlas ocurridas estos días, esos corresponsales por fin comprueban que este país no es el que pintan la prensa comercial local, las ONG bien fondeadas y esos portales web con oscuros financiamientos. No es el paraíso terrenal, pero tampoco es el peor de los mundos. Pero sobre todo, no es el país de la pobreza extrema y de la represión totalitaria, mucho menos es la isla amordazada donde no hay prensa ni periodistas expresando su opinión. Ojalá esta vivencia, de pocos días, permita una mejor comprensión, no solo de nuestra realidad, sino de cómo se ha manejado la información y el tratamiento de los temas políticos por parte de actores mediáticos. La historia colocará las cosas en su lugar y entonces sabremos el porqué de cubrir las elecciones de este domingo. (O)