En estos días, las ‘crisis’ en algunas naciones parece que dejan ver sus verdaderos propósitos: el control estratégico de zonas económicas vitales para el dominio político del planeta. EE.UU. evita la guerra directa por el costo que conlleva y el desprestigio acarreado en estas dos décadas.
Ahora ‘inyecta’ modelos, programas y hasta plataformas en determinadas regiones para provocar el desprestigio de los gobiernos que no se someten a su ideario. Ucrania y la República de Crimea están en la mira de Barack Obama y cuenta para ello con el apoyo ‘político’ de Europa.
La respuesta de Rusia y China pone en claro hasta dónde puede llegar la disputa geopolítica para evitar que la supuesta gran potencia considere a esas dos naciones europeas su fuente de recursos para su plan dominador.