El inicio de clases en el régimen Costa pone, otra vez, al descubierto verdades, tendencias y cifras que prueban los cambios sociales a favor de los más pobres y gracias a políticas públicas coherentes. Que la ‘migración’ a la educación pública sea ahora la marca de nuestro sistema es la mejor prueba de ese cambio. Y al mismo tiempo, con esa realidad, aparecen otros problemas y dificultades por afrontar. Si antes los déficits se maquillaban con la proliferación de escuelas privadas de mala calidad, ahora el ‘brillo’ del sistema público se quiere manchar con el efecto del incremento de estudiantes en escuelas fiscales. No olvidemos que estas nuevas generaciones, educadas con todas las oportunidades, serán las dirigencias del futuro. Y eso ya es decir mucho para hacer realidad el Buen Vivir.
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