Ecuador, 16 de Mayo de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

Cuba y EE.UU. se llenan de futuro y sellan 50 años duros

21 de diciembre de 2014

Es la noticia del siglo. Sin ninguna duda. El restablecimiento de relaciones diplomáticas acaba con uno de esos conflictos inentendibles, inaceptables y algo esquizofrénicos. Cierra un capítulo doloroso y hasta criminal. Y ningún país o mandatario ha expresado su desacuerdo. Al contrario, la felicitación es, literal, planetaria. El mundo entero se congratula. Salvo  aquellos fanáticos que quieren seguir con el negocio del bloqueo, usufructuando los réditos de un añejo conflicto, la humanidad celebra el inicio del fin de la política fracasada de la mayor potencia militar hacia un pequeño país con una enorme dignidad y soberanía.

¿Y ahora qué corresponde? Hay un camino largo que recorrer, sin mirar mucho hacia atrás, pensando en el mejor futuro para las dos naciones. Y quizá, como dice el escritor cubano, Leonardo Padura: “Sobre esa base concreta y la decisión de abrir relaciones diplomáticas se impone ahora construir puentes de  entendimiento rotos por demasiados años. Desde las políticas internas hasta las externas, pasando por la retórica, muchas cosas deben modificarse, deben mejorarse, incluso fabricarse en un mundo que es diferente. Y ello solo podrá ocurrir si impera el respeto y la civilidad, aun por encima de las grandes diferencias políticas que encarnan los dos países, reconocidas por sus presidentes, pero a la vez consideradas como condiciones con las cuales se debe lidiar en pos del entendimiento mayor”.

Por supuesto que es así, porque además quien está corrigiendo una mala política es EE.UU., pues Cuba ha sido la víctima de todos estos 54 años de ruptura de relaciones y de una agresiva campaña diplomática, militar, económica, cultural y mediática. No olvidemos que el mundo entero se ha pronunciado, durante 20 años, contra el bloqueo en las votaciones del pleno de las Naciones Unidas.

El mayor peso de la solución está en Washington y no en La Habana. Aunque todos sabemos que aflojar las tensiones también conlleva una mejor relación democrática entre los cubanos de adentro y afuera, la construcción de instituciones menos amenazadas por la agresión y el bloqueo, y la efectiva reunificación familiar, ante todo.

Le corresponde a la comunidad internacional apoyar el desbloqueo y que los legisladores de EE.UU. sopesen el entendimiento y no la sinrazón, la cordura y la apertura, en una nueva era, y no sostenga a los fanáticos de siempre, con sus consabidas chequeras.   

Los ciudadanos cubanos tienen un enorme reto con su nación, así como cuando José Martí se puso al frente de la mayor batalla por la independencia. Y ahora, además, habrá que recordar y agradecer el enorme esfuerzo que hizo durante muchos años Fidel Castro para poner fin al bloqueo. Su lucha no ha sido en vano. El futuro es duro pero cargado de certezas plenas.    

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media