Los chilenos de ahora, dice nuestro corresponsal en Santiago, son más exigentes e incrédulos. Y eso, de un modo u otro, marcará al Gobierno de Michelle Bachelet, que hoy inaugura su nuevo mandato tras ser elegida para reemplazar a Sebastián Piñera. Pero hay algo más. En los últimos años Chile vivió una larga tensión alrededor de una demanda potente: mejorar la calidad de la educación y garantizar ese derecho para todos los chilenos.
A ello se une una deuda pendiente desde el fin de la dictadura militar: revisar la Constitución que garantizó el modelo impuesto por Pinochet. Entonces, Bachelet afronta esos retos como pilares para la transformación de nuestro país hermano. Si eso se cumple, también será un gran estímulo para toda la región en todos los sentidos.