Las industrias del cuero crean mesas de trabajo
El Observatorio de la Pequeña y Media Empresa (Pyme), de la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB), convocó a una mesa para analizar la situación de ‘cadena del cuero y calzado’ y cuáles son sus perspectivas a corto plazo. En el evento, académicos, funcionarios, fabricantes y dirigentes empresariales evaluaron el crecimiento del sector durante los últimos años y expusieron sus expectativas de política pública.
Wilson Araque, director del Observatorio y del área de gestión de la UASB, presentó los resultados de la última encuesta de la pyme. Según esta, en el último cuatrimestre, el 50% de las pequeñas y medianas empresas de cuero y calzado está dirigiendo su producción hacia consumidores domésticos y solo el 7% hacia mercados externos.
La situación económica coyuntural que atraviesa el país no habría desanimado a esos emprendedores de capitalizar su negocio. El 39% de los empresarios decidió aumentar la inversión, el 51% optó por mantenerla igual y el 10% prefirió disminuirla. En lo relativo a las leyes y políticas relacionadas el sector, el 38% de los empresarios de la cadena considera que son positivas; el 46%, regulares y el 17%, negativas.
La competitividad es la prioridad
A diferencia de lo que sucedía una década atrás, la cadena del calzado ya no aglutina solo a las actividades más directamente relacionadas con la provisión de insumos o la manufactura de zapatos y prendas.
Para responder a los requerimientos de sus actuales y potenciales consumidores, los empresarios han incurrido también en la promoción paulatina de actividades especializadas de investigación y desarrollo (I&D), así lo destacó Lilia Villavicencio, presidenta de la Cámara Nacional de Calzado (Caltu).
Para lograrlo se han trabajado proyectos conjuntos con instituciones nacionales y extranjeras. Con la Universidad Técnica de Ambato y con el Centro de Innovación Aplicada en Tecnologías Competitivas (Ciatec) de México, se analizaron preferencias de consumo, acceso a mercados potenciales, creación y ensamblaje de materiales, articulaciones entre las industrias de soporte y aplicaciones de biomecánica al diseño.
A su vez, para aumentar la competitividad de su clúster, desde agosto de 2014, se inició el proceso para construir la Ciudad del Calzado. “Cuando un grupo de empresarios aporta $ 1 millón para comprar un terreno, su acción implica que cree en el país y en las expectativas de crecimiento del sector”, enfatizó la presidenta de la Caltu.
Compra pública en favor del sector
Ricardo Zambrano, subsecretario de Mipymes y Artesanías del Ministerio de Industrias y Productividad (Mipro), dijo que la política pública permitió crear condiciones para que “la cadena productiva tenga un desempeño favorable y se vuelque hacia el producto terminado”.
Por ello, dentro de las actividades del clúster, la participación relativa de la manufactura de calzado aumentó del 52% en 2009 al 55% en 2014. Este resultado estaría correlacionado con una vinculación sin precedentes entre las empresas del sector y los procesos de compra pública impulsados por el Gobierno. La compra pública de calzado aumentó entre 2008 y 2013, pero a partir de este último año las adquisiciones se contrajeron en más del 50%.
El comercio transfronterizo es el problema inmediato
Los empresarios del calzado evidenciaron su preocupación por el comercio transfronterizo, que ahora es incentivado por la devaluación monetaria en Perú y Colombia.
Christian Orbe, presidente de la Cámara de la Cadena Productiva de Calzado y Afines de Pichincha (Camcal), indicó que ese es un tema crítico que no se limita a lo que suele entenderse como contrabando. “Nuestras industrias siempre tendrán competidores. Pero ¿cómo podemos competir cuando los competidores son los mismos usuarios de calzado que se desplazan a comprar hacia los países vecinos?”, dijo.
Por ello, además de considerar necesario el establecimiento de mayor control en la frontera, Orbe propuso la conformación de mesas de trabajo entre los sectores público, privado y académico. Su propósito sería coordinar entre sí a los distintos eslabones de la cadena y, de esa manera, lograr mejor calidad y menores costos.
“Las mesas le permitirían entender al fabricante de insumos cuáles son las necesidades que tiene el creador de calzado y viceversa”, explicó el Presidente de la Camcal. (I)
