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El Telégrafo
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El contrabando de bebidas y el riesgo de falsificación aumentan en diciembre

La etiqueta fiscal incluirá a más licores importados

Quienes adquieran licor en cualquier establecimiento autorizado pueden comprobar su legitimidad bajando gratuitamente la aplicación ‘Verifícame’.
Quienes adquieran licor en cualquier establecimiento autorizado pueden comprobar su legitimidad bajando gratuitamente la aplicación ‘Verifícame’.
Foto: Karly Torres/El Telégrafo
22 de diciembre de 2016 - 00:00 - Redacción Economía

Diciembre es el mes con mayores celebraciones, y para muchos ecuatorianos las de Navidad y Año Nuevo suelen estar acompañadas del consumo de bebidas alcohólicas.

Esta época del año es cuando más licores se importan y comercializan y también cuando existen mayores riesgos de falsificaciones y contrabando, comenta Fabián Soriano, subdirector general de Operaciones del Servicio Nacional de Aduana del Ecuador (Senae).

De enero a noviembre de 2016, 25 importadores de licores en el país adquirieron whisky, ron, tequila y vodka por un monto de $ 1’733.306, según los registros del Senae.
Soriano indica que, pese a que en los últimos años la importación de botellas de licor decreció, aumentó la importación del extracto de whisky, vodka y tequila “porque no pagan Impuesto a los Consumos Especiales (ICE)” y esto “elevó la producción de licores nacionales con marcas extranjeras”.

El contrabando de bebidas alcohólicas ingresa por las fronteras, especialmente por la del sur, con Perú, donde el Senae ha intensificado los controles. La semana anterior, en Chacras, provincia de El Oro, fueron descubiertas dos camionetas que llevaban ocultas en un doble fondo decenas de botellas de whisky de contrabando, por un monto de unos $ 6.000.

Como resultado de los operativos en establecimientos de venta, carreteras, bodegas y otros sitios del país, el monto de aprehensiones de bebidas alcohólicas ilegales fue de $ 1’796.091, entre enero a noviembre de este año. La cifra equivale a 50.000 botellas retiradas del mercado, según el Senae.

Para disminuir las falsificaciones y el contrabando, desde mayo de 2015 está vigente una norma que dispone la obligatoriedad de que todas las importaciones de botellas de 4 tipos de licor:  whisky, vodka, ron y tequila, cumplan con la colocación de la etiqueta fiscal.

Este mecanismo garantiza que el producto pasó por la Aduana del Ecuador y cumple las normas sanitarias, además del pago de los impuestos respectivos.

Los licores en stock, sin etiqueta, se venderán hasta agosto de 2017

Desde que entró en vigencia esta ley hasta noviembre de 2016, el Senae entregó más de 1’300.000 etiquetas fiscales para los cuatro tipos de licores. “La imposición ha sido positiva porque los dueños de locales se preocupan de que su producto cumpla con todos los requisitos”, señaló el funcionario.

No obstante, desde enero de 2017 la aplicación de la etiqueta se hará extensiva a todas las importaciones de licores, excepto la cerveza, advierte Soriano. Debido a que aumentará la emisión de sellos y también las importaciones, tras la firma del acuerdo con la Unión Europea, el costo de $ 0,25 de cada sello, disminuirá a $ 0,13 desde enero.

Considerando que existen establecimientos que deben tener en su stock botellas de licor sin el respectivo sello, el Senae extenderá el plazo hasta agosto de 2017 para que los propietarios puedan comercializar ese producto. “A partir de entonces, el 100% del licor extranjero deberá tener la etiqueta fiscal, excepto la cerveza”, reitera Soriano.

Quien adquiera licor en el mercado local debe comprobar que la bebida tenga el sello, a través de ‘Verifícame’, una aplicación móvil que puede descargarse gratuitamente a los dispositivos electrónicos.

Entre otras seguridades inviolables, la etiqueta fiscal consta de un código QR, tiene el logo de la Aduana, una leyenda y número de serie. El sello contiene información sobre la marca, el volumen, el costo del producto, la fecha de importación, el código del importador y el número de la declaración.

Si el licor no tiene la etiqueta o esta llegara a ser falsificada, el afectado puede reclamar a quien le vendió y denunciar ante la Aduana. En ese caso se retirarán las botellas y se clausurará el establecimiento. (I)

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