El consumidor ecuatoriano no dejó de gastar, solo optimizó su dinero

Al cierre del 2016, la canasta de consumo masivo dentro del hogar creció en un 7% en relación a  2015. Según el último informe Consumer Insights 2016, este crecimiento se generó por un cambio de dinámica, en donde los hogares redujeron su frecuencia de compra en un 3%, pero aumentaron el desembolso por cada visita en un 7%.

Este comportamiento, recoge el estudio, es impulsado por canales como autoservicios y bodegas, en donde el consumidor adquiere más productos a un menor precio. Así, se ha generado que las unidades que se lleva el hogar incrementen en un 8% pero el precio se reduzca 1%.

La coyuntura económica que vivió el país en 2016 cambió radicalmente las  tendencias de consumo, debido al crecimiento del desempleo en zonas urbanas, el terremoto del 16 de abril, el aumento del 2% en el impuesto al valor agregado y la aplicación de un impuesto a las bebidas azucaradas y gaseosas.

El estudio explica que los niveles socioeconómicos altos, medios y bajos, debido a la disminución de recursos, dejaron de comprar  artículos suntuarios y potenciaron el consumo de productos esenciales para el hogar, más aún si se acompañaba de alguna promoción.

En 2006 todos los niveles socioeconómicos privilegiaron principalmente los gastos de alimentación, frente a artículos de belleza. Por ejemplo,  creció la venta de cremas corporales con mayor volumen pero que mantuvieron su precio; así como creció la venta de tintes frente a las visitas a la peluquería porque los usuarios prefieren tinturarse el cabello en casa, pero no dejar de consumir.  

Priorización de presupuestos

Los hogares ecuatorianos cuidaron su presupuesto, redujeron sus salidas a comer en restaurantes, potenciaron su gasto y disminuyeron actividades de entretenimiento.

El gasto promedio por persona en las cadenas de cine nacionales es de $ 15, entre la compra de boletos, snacks y bebidas. En una familia, generalmente compuesta por cuatro personas, el costo asciende a $ 60, casi el 8% del ingreso familiar promedio ($ 893).

Si eso se compara con el acceso gratuito a películas través de Internet,  el costo de $ 1,50 por una copia en DVD o la suscripción a televisión por cable, la sala de cine tiene una dura competencia.

Los ‘dividinéfilos’, como los llama Boris Cadena, quien labora en un local  de venta de películas en el norte de Quito,  compran copias  de películas en formato DVD dos veces por semana con un costo de $ 3, las cuales pagan en efectivo o con tarjeta de crédito.

Otra actividad disminuida, reflejo de la optimización del gasto familiar, es la asistencia a los estadios de fútbol. En el  primer trimestre de 2017, lapso en el cual se cumplieron calendarios de juego, se registró una  asistencia de 175.438  aficionados.

En el mismo período de 2016 se jugaron seis fechas del Campeonato Nacional de Fútbol con una asistencia de 232.035 personas, lo que indica una reducción de 56.597 personas menos, según la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF).

Por otro lado, la última encuesta realizada por el Instituto Nacional  de Estadística y Censos sobre ingresos y gastos de los ecuatorianos en el 2011 y 2012 señala que el promedio mensual de gasto por hogar urbano al mes alcanza los  $ 734,19. (I)