Antes de 2010 la industria farmacéutica local cubría apenas el 15% de la demanda nacional de medicamentos; la participación del sector se incrementó al 24% en los últimos 3 años.

Actualmente esta industria exporta $ 40 millones a países de la Latinoamérica y Centroamérica lo que, a criterio de Iván Prieto, asesor económico de la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos (Alfe), es bajo en un país con una demanda interna de $ 1.400 millones.

Son cifras que, aseguró, demuestran lo desprovista que estuvo la industria de apoyo estatal; no obstante, la intención del sector es mejorar su productividad.

La Alfe entregó la semana pasada a la Vicepresidencia de la República una propuesta de cuatro puntos básicos para incorporarse al cambio de matriz productiva: sustitución de importaciones, desarrollo de investigación, convenios con laboratorios extranjeros e incremento de exportaciones.

Según Iván Prieto, una de las herramientas que ha permitido a la industria incrementar su participación en el mercado nacional y sustituir las adquisiciones fuera del país, ha sido la de compras públicas. Cada año el proceso para proveer de fármacos a la red de salud pública mueve un promedio de $ 200 millones.

El documento enumera 220 genéricos sustituibles como el ibuprofeno, la azitromicina, el clonazepán, la claritromicina y vitaminas.

Con ello -dijo- no se va a afectar al consumidor, sobre todo a aquel que está muy asociado a la propaganda y a las marcas internacionales, pero se evitará la salida de al menos $ 15 millones. En cuanto al proceso de investigación, el objetivo principal es aprovechar los recursos genéticos y la biodiversidad del país, por lo que se espera acceder progresivamente a un fondo de investigación de $ 30 millones.

La idea, según el representante de Alfe, es tener un trabajo público-privado, pues los procesos de investigación son costosos para hacerlo de manera individual. “Una investigación puede tomar hasta 8 años y el costo es de varios millones de dólares”, manifestó.

Para el 2017 el sector prevé exportar al menos $ 100 millones.

De momento, la Subsecretaría de Industrias Básicas del Ministerio de Industrias y Productividad (Mipro) trabaja en la suscripción de convenios con laboratorios farmacéuticos con la misma intención, y ha comenzado con inspecciones en 18 plantas. Según datos de esa dependencia, en el país funcionan 21 laboratorios.

Pablo de la Torre, subsecretario de Industrias Básicas, dijo que de lo observado hasta el momento, muchas industrias necesitan renovar su maquinaria e instalaciones, pero la gran mayoría se encuentra en proceso de renovación, con inversión reciente.

De la Torre consideró que el desarrollo de la industria depende mucho del apoyo gubernamental.