Hace 20 años las compras se hacían con tablita en mano
Carmen Palacio recuerda muy bien el costo de una libra de carne hace 20 años. "Veinte mil sucres", dice sin dudar al admitir que cuando "tocó dolarizar" no entendía el cambio y debía ir a comprar con una "tablita" en mano.
Entonces "los precios subían a cada momento", indica esta ama de casa lojana, pero que ha vivido en Quito toda su vida. Menciona así el pasaje de bus a 1.500 sucres; una bolsa de mote con chicharrón 500 sucres; las papas fritas y los chitos sin marca 300 sucres más o menos, y los caramelos 100 sucres.
A un tipo de cambio de 25.000 sucres por dólar, el entonces presidente Gustavo Noboa puso en vigor la divisa norteamericana, como única moneda de transacción en Ecuador, en marzo de 2000, dos meses después de que asumiera el poder tras ser derrocado el entonces mandatario Jamil Mahuad.
Freddy Ortiz piensa con nostalgia en el sucre. No olvida que cuando les devolvieron sus ahorros congelados, con la cotización de entonces del dólar recibió una quinta parte de lo que depositó.
A partir de la vigencia de la Ley de Transformación Económica, el Banco Central del Ecuador (BCE) procedió a retirar de circulación los sucres recibidos y canjearlos por dólares. Para ello se hizo el canje a través ventanillas de la entidad en Quito, Guayaquil, Manta y Cuenca. Además llevó adelante una campaña de información con charlas.
El 13 de septiembre de 2000, se puso en circulación la moneda metálica, equivalente a fracciones de un dólar calculado a la cotización de 25.000 sucres. Las monedas fraccionarias fueron acuñadas con las mismas equivalencias que las estadounidenses, a fin de que el público se adapte a su manejo, con mayor facilidad.
Pero a Carmen la conversión se le seguía complicando. Eso, sumado a la volatilidad de los precios. Coincide don Freddy Ortiz al recordar que los vendedores cambiaban casi a diario las etiquetas de los precios de los productos. "Había especulación y redondeo", añade.
Durante el año 2000, el incremento en el nivel general de precios, medido por la variación anual del Índice de Precios al Consumidor (IPC), aumentó significativamente llegando a 95.5%, cifra superior en más de 40% a la observada en el año 1999.
Eso lo sabe bien Cruz Reinel, quien suspira al contar las "penurias" que le tocó vivir en esa época. "No alcanzaba el dinero", dice. En su casa solo se preparaban dos comidas: el almuerzo y la merienda. "En la noche comíamos una tortilla de verde con una taza de agua aromática".
El poco dinero que le congelaron lo pudo recuperar. Reinel hizo largas filas para al final retirar 40 dólares que tuvo que aprender a administrar para sobrevivir en la compleja situación que atravesaba el país.
"En los mercados el dinero se esfumaba en un santiamén", cuenta. Ella extraña al sucre que ahora solo conserva como colección. "Puede que algún día estos que tengo guardados adquieran mucho valor. Ahora me conformo con mostrarle a mis nietos". (I)
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