Luego de 5 años de desaceleración, pero aún con crecimiento, América Latina cerrará 2015 con una contracción en su economía del -0,2%, de acuerdo con un informe de la aseguradora de créditos francesa, Coface (Compañía francesa para el Aseguramiento del Comercio Exterior).

El análisis concluye que este escaso desempeño, más factores cíclicos como la caída del precio de las materias primas, llegará al 0,8% de crecimiento del PIB en 2016. Un pronóstico similar hizo a inicios de semana el Fondo Monetario Internacional (FMI), en un adelanto de su informe Perspectivas Económicas Mundiales, que se presentará el martes en Lima (Perú).

Según este organismo, el descenso podría restar al menos 1 punto porcentual anual a la tasa de crecimiento de los países.

Como antecedente, un artículo de la facultad de Economía de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), explica que la principal razón del crecimiento económico de la región estuvo en el incremento de los precios de los commodities que representaron, en 2011, más del 60% del valor de las exportaciones. En casos como el venezolano, altamente dependiente del crudo, la participación llegó a superar el 90%.

Las categorías de petróleo y de metales registraron subidas en el orden del 150% y 180%, entre 2002 y 2006, de acuerdo con un artículo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). La buena racha del petróleo a más de $ 100, duró hasta mediados del año pasado, pero, según los expertos, no se prevé que esta regrese en un futuro inmediato.

La pregunta planteada entonces es: ¿Cuál será la vida de los exportadores como Ecuador después del boom de los commodities?

Si bien localmente esta caída ha representado un recorte de más de $ 2.000 millones en el presupuesto general del Estado en inversión y gasto permanente, Víctor Hugo Albán, presidente del Colegio de Economistas del Pichincha (CEP), aseguró que Ecuador no puede dejar de lado proyectos estratégicos como las hidroeléctricas, pues, una vez que estén operativas, podrían abonar a la recuperación económica del país.

Una de las formas, señaló Albán, es ahorrándole al país el subsidio al gas, que es de más de $ 3.000 millones al año. “Las hidroeléctricas probablemente restarían el 40% al año de este subsidio, rebajándolo a unos $ 800 millones, y ayudaría mucho al presupuesto general en rubros como el pago de deuda”, sugirió el titular del CEP.

En el marco de esta contracción regional, la mayor contribución negativa proviene de los países del Atlántico. Coface espera que Brasil se contraiga en 2,5%, aunque Venezuela lo hará en 7% durante 2015. Las 2 únicas economías que deben reportar una ligera mejora son Chile y Perú, luego de una fuerte desaceleración en 2014.

Monedas, comercio e inversiones

La percepción de que la economía estadounidense podría superar a otras en los próximos meses, ha generado un robustecimiento del dólar. Esto, sumado al débil escenario latinoamericano, ha ocasionado una depreciación en las principales divisas como el real brasileño y los pesos colombiano, chileno y mexicano. Solo en Colombia, la devaluación ya roza el 60% anual.

Coface estima que el bajo costo de las monedas lleva a los gobiernos a centrar su atención en las exportaciones de productos con mayor valor agregado, aunque sin mayor resultado por temas de competitividad.

Como economía dolarizada, los efectos en Ecuador fueron distintos, ya que se experimentó un encarecimiento de los bienes locales, lo que llevó al Gobierno a implementar medidas como salvaguardias por balanzas de pagos durante 15 meses.

Ahora, desde el punto de vista comercial, para Víctor Hugo Albán, lo mejor sería concretar el acuerdo con la Unión Europea (UE), y considerar uno similar con EE.UU., por ser, este último, nuestro principal socio.

Ecuador exportó de enero a abril de este año un total de $ 1.148 hacia ese mercado, con el que tiene una balanza positiva de $ 108 millones.

Para el titular del CEP, el gobierno debe insistir en el tema agrícola ya que es el más fuerte de la economía, pero diversificando la oferta, y orientándose a productos no tradicionales como el brócoli, por ejemplo.

Dentro del segmento industrial, apuntó hacia el calzado como el de mayor despunte, no así el sector textil, muy poco competitivo aún —a su criterio— en comparación con el de Colombia.

Las exportaciones totales se sitúan en el 27% del PIB. Coface estima los sectores textil y de agroalimentos como de “alto riesgo” en esta coyuntura.

El documento hace referencia además, a que el gobierno enfrentará grandes desafíos para balancear sus déficits fiscal y de cuenta corriente, que están en el orden del 5,3%, el PIB, y de 0,6%.

Albán estima que la Ley de Alianzas Público-Privadas (APP), traerá recursos frescos e inversión. (I)