El proyecto de billetera móvil (Bimo) creado por la banca privada estará operativo en abril, una vez que se cumpla el tiempo para que el Banco Central del Ecuador (BCE) ponga fin al sistema de dinero electrónico.

El director ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados (Asobanca), Julio José Prado, indicó que se empezará con la primera fase de pagos mínimos de persona a persona a través del teléfono celular sin importar la entidad financiera a la que pertenezcan los usuarios (bancos o cooperativas).

La Ley de Reactivación Económica estableció el plazo de 90 días, desde su puesta en vigencia, para que el Banco Central traslade la herramienta de pago electrónico hacia el sistema financiero nacional.

Semanas atrás Prado mencionó que Bimo saldría al mercado en febrero, pero se pospuso por los plazos del Central. La institución tiene como fecha tope el 16 de abril, de acuerdo a declaraciones de Verónica Artola, gerenta general del BCE.

Bimo es un producto desarrollado a través del sistema Banred, los bancos y cooperativas afiliadas decidirán por cuenta propia si participan.

Por el momento, señaló Prado, el servicio lo brindarán principalmente los bancos grandes y medianos.

En una segunda etapa, prevista para 2019, la billetera móvil contará con más servicios, como pago de transporte público y otros.  

Las cerca de 409.999 cuentas de dinero electrónico que hay hasta el momento, así como los recursos que acumulan, pasarán a la banca pública, privada o cooperativas, de acuerdo a lo que decida el usuario. Incluso puede desistir y retirar su dinero en los cajeros autorizados.

Quienes no posean actualmente dinero electrónico y quieran adherirse a Bimo podrán crear una cuenta básica a través de su teléfono celular sin costo. Las tarifas por los servicios aún no están definidas, aclaró Prado.

Estas declaraciones se dieron en el marco del segundo congreso de innovación financiera ‘Digital Bank’ que se desarrolló ayer en Quito.

En este espacio, banqueros y emprendedores expusieron sobre las nuevas tendencias de los servicios financieros anclados al masivo uso de las tecnologías. (I)