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¿Por qué se tiende a colaborar menos cuando la economía va mal?
Nina Sirola es miembro posdoctoral en Insead, una escuela de negocios y un centro de investigación con campus en Europa, Asia y Medio Oriente.
Estudia cómo el nivel de la economía dentro de una organización (a medida que prospera o si está marcada por la corrupción) restringe y dirige el comportamiento de los actores dentro de la misma.
La doctora ejemplifica su teoría con algunos hechos históricos como la Gran Depresión. Recuerda que el pánico bancario de 1930 en Estados Unidos resultó ser la peor recesión económica de la historia moderna.
En otoño de ese año, la economía estadounidense estaba recuperándose poco a poco de la recesión de 1929. La preocupación por el estado de la economía y por el sistema bancario empujó a muchos clientes a intentar retirar sus fondos, conducta conocida como pánico bancario.
Esto trajo como consecuencia una especie de profecía autocumplida en la que las preocupaciones iniciales sobre la posible insolvencia del banco acabaron precisamente causando la insolvencia.
Luego de haber realizado varios estudios, Sirola y su grupo de investigadores, consideran que algo similar podría ocurrir en las organizaciones. Las percepciones de los empleados sobre la economía afectan la forma en la que trabajan entre ellos.
Sospecha que, de una manera parecida al caso del pánico bancario, los empleados pueden reaccionar a noticias de una crisis económica generando más obstáculos en vez de ayudar a la organización.
Si los empleados ven a la economía de su empresa como una situación en la que ni ganan ni pierden, las noticias negativas pueden llevar a que no se ayuden entre sí, lo que, a su vez, llevaría a la compañía u organización a tener menos probabilidades de sobrevivir a la recesión.
La investigadora hace énfasis en que la mayoría de los lugares de trabajo dependen de la colaboración. Por ejemplo, un empleado puede ayudar a un compañero que se ha ausentado a ponerse al día. La colaboración entre empleados tiene altos beneficios organizacionales, por ello es importante que la ayuda no disminuya en períodos de déficit económico.
Sirola y su grupo realizaron dos estudios empíricos en los que luego de varias encuestas pudieron determinar que, cuando las personas se ven expuestas a señales de momentos económicamente difíciles, temen que los demás puedan ser más propensos a recurrir a la explotación para maximizar sus resultados económicos.
Esto, irónicamente, reduce la cooperatividad, que es necesaria para lugares de trabajo productivos y en buen funcionamiento.
Los líderes no pueden dar por hecho que los empleados siempre actuarán basándose en su interés económico cuando llegan momentos difíciles, y deberían gestionar activamente la psicología y el comportamiento de sus trabajadores para evitar un deterioro de la cohesión y los comportamientos laborales productivos en la organización. Así las empresas serán más resistentes a un declive económico. (I)
60 mil encuestados en 51 países a lo largo de 17 años fue la muestra del test inicial.
5 hasta 10 períodos de recesión experimentan los empleados durante su vida profesional.
ALGO MÁS
En el test inicial de la teoría los encuestados indicaron en qué medida estaban de acuerdo en que “las personas solo pueden enriquecerse a expensas de otros” frente a “la riqueza puede crecer para que haya suficiente para todos”.
Con ello se midió qué personas interpretaban el éxito de una manera suma cero. Se vio que era más probable que los participantes interpretaran el éxito de una manera suma cero cuando la respuesta había sido registrada en una economía en peor estado.
Otro estudio de profesionales autónomos de 47 países coincidió con la tendencia del primer estudio. (I)
