Los niños crecen tan rápido! ¿Cómo seguirles el paso? Esa es la problemática que la empresa estadounidense Fisher-Price quiso resolver al desarrollar juguetes que fomenten las capacidades de los infantes mientras se divierten.

Fue así como en 1930, Herm Fisher, quien estudió comercio y finanzas, se asoció con Irving Price, Margaret Evans Price y con Helen Schelle para crear juguetes que “despertaran la imaginación de los niños e hicieran cosas nuevas, sorprendentes y divertidas”.

A pesar de que la crisis del 29 golpeaba la economía mundial, su primera línea de juguetes de madera, llamada “16 Hopefulls”, tuvo gran éxito en la Feria Internacional del Juguete de Nueva York (NY), gracias a su diseño e innovador funcionamiento.

Patos, perros y carritos eran los modelos de madera que disponían de una tira amarrada en los extremos de los juguetes, para que los niños los transporten mientras estos ejecutaban distintos movimientos y sonidos.

Ese mismo año, Fisher-Price envió su primer cargamento desde su oficina principal en East Aurora (NY) al almacén Macy´s.

Jugar, reír y aprender
Un hecho que marcaría el rumbo de la empresa fue el consejo que recibieron los fundadores por parte de la madre de Fisher. La progenitora era maestra de profesión, por lo que al ver el proyecto de su hijo y sus socios sugirió denominar a los productos que desarrollaban “juguetes preescolares”.

Con el tiempo más empresas los denominaron de la misma manera. Sin embargo, al ser la primera en hacerlo, Fisher-Price pudo sacar ventaja frente a su competencia, debido a que logró posicionar y asociar su marca a una etapa específica de la vida de su público objetivo.

Esto no solo sería positivo para sus ventas y crecimiento, sino también para la cultura empresarial dentro de la compañía. Los objetivos estaban claros y los esfuerzos estarían encaminados a cumplirlos.

Es así que en 1961, Fisher-Price creó un laboratorio de juego para niños y niñas en el que expertos de la compañía (entre pedagogos, publicistas y otros) analizaban las diferentes reacciones que tenían los infantes al interactuar con los futuros proyectos y de esa manera perfeccionarlos antes de sacarlos al mercado.

Diversificación
A finales de los años sesenta, Quaker Oats Company compra a Fisher-Price, época que estaría marcada por el crecimiento de la empresa, además de la diversificación de sus productos con líneas para bebés y osos de peluche.

Más tarde en los ochenta, se crearía una línea de productos infantiles como sillas, columpios y resbaladeras. Finalmente, en 1993, se consolida una alianza entre los accionistas de Fisher-Price y Mattel, empresa también dedicada a la producción de juguetes con marcas como Barbie.

Esta última etapa estaría caracterizada por una fuerte internacionalización de la marca, gracias a la red filial de Mattel en Europa, América Latina, África y Asia. En la actualidad tienen presencia en al menos 41 países y disponen de una tienda online y redes sociales en todos ellos. (I)

ALGO MÁS

Nuevo material
Debido a la alta demanda de madera luego de la Segunda Guerra Mundial, la empresa utiliza plástico para desarrollar sus productos. El primero es “La abeja Buzzy Be”, la cual pertenecía a la línea “16 Hopefulls”. Sus alas eran de plástico.

Beneficios
El material permitió que los diseños sean más vívidos y que tengan mayor tiempo de vida que los de madera. A finales de los cincuenta, Fisher-Price tenía al menos unas 39 líneas de juguetes que ya se hacían con plástico.

Estrategia
Una de sus estrategias fundamentales es el haber segmentado sus productos por las edades de los niños, permitiendo a la marca estar presente en las distintas etapas de vida de los infantes. (I)