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Un matrimonio de 52 años de puro atletismo

Un matrimonio de 52 años de puro atletismo
02 de septiembre de 2012 - 00:00

Sus métodos de entrenamiento fueron poco convencionales. Desde agregar peso a sus botas para correr con ellas, hasta entrenar en la nieve. Los expertos de la época decían que Emil Zatopek estaba loco, al tiempo que tenía un gran éxito en las carreras de larga distancia.

Entró al atletismo casi de casualidad, cuando tenía 16 años y cursaba la escuela para jóvenes ejecutivos de Tomas Bata. La práctica de deportes era obligatoria en la institución y Zatopek, en contra de su voluntad, cubrió los 1.500 m. Nunca antes había corrido, por lo que sorprendió a todos cuando terminó en segundo lugar entre 100.

Ese fue el inicio de su carrera y empezó a entrenar casi bajo un régimen militar, además de unos métodos poco ortodoxos. Practicaba con botas pesadas y dejaba los zapatos de competencia solo para los eventos. “Cuando arranqué a hacerlo me dijeron: ‘Emil, eres un idiota’. Cuando gané, cambiaron por: ‘Emil, eres un genio’”, manifestó en alguna ocasión.

El atletismo lo unió a quien fue el amor de su vida: Dana Ingrova. Se conocieron en la Villa Olímpica de Londres en 1948. Él ganó la medalla de oro en los 10.000 metros y plata en los 5.000, mientras que ella fue séptima en lanzamiento de jabalina.

Sin embargo, en Helsinki 1952 ambos alcanzaron su mejor momento deportivo. Ya casados, el apellido de Ingrova pasó a ser Zatopkova y además de haber nacido el mismo día, el 19 de septiembre de 1922, los dos consiguieron medallas en la misma fecha.

Zatopek se convirtió en leyenda del atletismo olímpico al ganar las tres pruebas de distancia en una misma edición: maratón (42 km), 10.000 y 5.000 metros. Por sus movimientos de cuerpo exagerados y  los ruidos que generaba con la boca, además de su gran capacidad atlética, se ganó el seudónimo de “La locomotora humana”.

Tras ganar los 5.000 metros, su esposa le quitó la medalla dorada y dijo que le traería suerte para su prueba. Una hora más tarde, Dana tenía su propia presea dorada colgada en su cuello tras ganar en lanzamiento de jabalina.

Estuvieron casados durante 52 años, hasta que el 22 de noviembre de 2000 falleció Emil. En su lápida dice en checo “Olympijsky Vitez”, que significa “Héroe Olímpico”.

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